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La sobrecarga de trabajo y la falta de sueño ponen en peligro la salud de los médicos

Más del 25% de los profesionales sanitarios sufre problemas de insomnio y uno de cada cuatro necesita medicación para dormir

La sobrecarga de trabajo y la falta de sueño ponen en peligro la salud de los médicosFreepik

La falta de sueño se ha convertido en un problema que también afecta a quienes trabajan para proteger la salud de los demás. Según un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Medicine y difundido por la Sociedad Española de Sueño (SES), más del 25% del personal sanitario presenta síntomas de insomnio, y uno de cada cuatro recurre a medicación para poder descansar. El dato, superior al registrado en la población general, evidencia una realidad silenciosa en hospitales y centros de salud que empieza a preocupar seriamente a los especialistas.

El 22,7% de los sanitarios muestra síntomas de insomnio moderado y un 3% sufre insomnio grave, según detalla el informe. Además, un 23,3% reconoce tomar medicamentos para dormir al menos una vez al mes, y en un 27% de los casos esta medicación es autoprescrita. “Es un dato importante, porque es superior al de la población general”, señaló Carlos Roncero, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA) y uno de los autores del estudio. Roncero participó hace unos días en la trigésimo tercera Reunión Anual de la SES que se celebró en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Galicia, en Santiago de Compostela, y a la que asistieron más de 300 expertos.

“Estos datos son una llamada de atención para el sistema sanitario, que debería evaluar sistemáticamente la salud mental de sus profesionales, incluyendo los aspectos relacionados con el insomnio, porque los problemas de sueño se pueden relacionar con mayores dificultades en el desempeño laboral”, explicó el psiquiatra.

Según Roncero, la relación entre insomnio y trastornos mentales es bidireccional: las personas que presentan problemas de sueño tienen mayor propensión a sufrir trastornos ansioso-depresivos; y, a su vez, estos trastornos mentales provocan en muchas ocasiones insomnio.

"Se deben buscar formas de organización que afecten lo menos posible a la calidad del sueño y la salud mental de los sanitarios"

Carlos Roncero . efe de psiquiatría en CAUSA

El investigador aconsejó a los sanitarios acudir a un médico antes de tomar estos fármacos, algo que no siempre sucede “por lo que no pueden ser controladas por otro profesional que de manera objetiva pueda valorar la necesidad de los fármacos, su dosis y el tiempo de tratamiento”, advirtió.

En ese sentido, Carlos Roncero destacó la necesidad de contar con programas de detección y ayuda a los profesionales que sufran problemas de sueño: “Sabemos que estos factores no son eliminables y que el sistema sanitario tiene que funcionar 24 horas 7 días a la semana, pero se deben buscar formas de organización que afecten lo menos posible a la calidad del sueño y la salud mental de los sanitarios”.

La Sociedad Española de Sueño ha lanzado un mensaje claro al sistema sanitario: urge evaluar sistemáticamente la salud mental de los profesionales. No se trata solo de insomnio. La falta de descanso se asocia directamente con una mayor incidencia de trastornos ansioso-depresivos. Casi tres de cada diez sanitarios presentan síntomas de depresión (28,4%) y un tercio sufre ansiedad (33%), datos que reflejan una carga psicológica añadida en un colectivo ya tensionado por la presión asistencial.

La falta de sueño puede provocar trastornos ansioso-depresivos y otras dolencias en los profesionales sanitarios

Las guardias, un problema

A esta situación se suma otro factor que contribuye a la fatiga acumulada: las guardias médicas de 24 horas. Este modelo, vigente desde hace décadas en los hospitales españoles, permite que los profesionales puedan disponer de habitaciones para descansar durante los turnos.

Sin embargo, en la práctica, la posibilidad real de dormir depende de la carga asistencial y de la disponibilidad de personal para cubrir las urgencias que puedan surgir en cualquier momento. El resultado es que muchos médicos apenas consiguen descansar de manera adecuada durante estas largas jornadas.

En la misma jornada celebrada en Santiago de Compostela se presentó también un estudio realizado por los doctores Rosa Berigüete Alcántara y Miguel Pintor Zamora, delHospital Universitario Rey Juan Carlos de Madrid. El informe confirma que los médicos que realizan guardias tienen una puntuación significativamente peor en el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh en comparación con sus compañeros que no hacen guardias. Casi uno de cada tres (32%) utiliza medicación para dormir durante las guardias, y el 80% reporta episodios sugestivos de parasomnias no REM.

"Está demostrado que estos turnos de trabajo traen consigo un aumento de enfermedades cardiovasculares y de otras patologías, trastornos ansioso-depresivos y riesgo de accidentes”

Rosa Berigüete . Doctora en el Hospital Rey Juan Carlos

“Las parasomnias no REM consisten en episodios en los que los pacientes pueden realizar comportamientos estando dormidos ya que se encuentran en un estado disociado de vigilia-sueño profundo. Suelen ser episodios breves, pero algunos pueden durar varios minutos. En nuestra muestra, los episodios más frecuentes fueron los despertares confusionales, que son episodios en los que la persona se despierta desorientada durante unos segundos. Un comportamiento que nos ha llamado la atención porque los describieron varios participantes fueron los episodios en los que los médicos contestaban a una llamada al busca de guardia durante la noche y presentaban amnesia de esa llamada a la mañana siguiente”, explicó Rosa Berigüete.

Según la experta, uno de los principales problemas de este tipo de parasomnias es que el sujeto pueda hacerse daño con el entorno mientras está en ese estado disociado de sueño-vigilia. “En un domicilio puede ser frecuente golpearse con algún mueble que sea poco visible, pueden tener accidentes con enchufes, objetos cortantes, etc. Cuando estamos en un entorno hospitalario, sin embargo, existen más peligros (fármacos, objetos punzantes y cortantes, etc.), lo que hace que haya un mayor riesgo de accidentes”, argumentó.

“La fatiga acumulada no solo afecta al bienestar del médico, también puede comprometer la seguridad del paciente”

Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo

Berigüete advirtió de que el mayor riesgo viene derivado de la privación de sueño: “Existe una disminución de la atención y un enlentecimiento en la capacidad de procesamiento que afecta a la toma de decisiones. Además, a largo plazo está demostrado que estos turnos de trabajo traen consigo un aumento de enfermedades cardiovasculares y de otras patologías, trastornos ansioso-depresivos y riesgo de accidentes”.

Una doctora acusa el cansancio de una larga jornada de trabajo.

Consecuencias graves

Las consecuencias de la falta de sueño son múltiples. Más allá del deterioro en la salud mental, aumenta el riesgo de accidentes de tráfico entre médicos tras jornadas largas. Según un estudio en Medicina y Seguridad del Trabajo, los residentes que trabajan más de 24 horas tienen 2,3 veces más riesgo de sufrir un accidente al terminar el turno. El riesgo mensual sube un 16,2%.

También se multiplica la posibilidad de errores clínicos, especialmente los relacionados con la memoria y la toma de decisiones. “La fatiga acumulada no solo afecta al bienestar del médico, también puede comprometer la seguridad del paciente”, advierten desde la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (SEMST).

Reducción de las guardias

La iniciativa para reducir la duración de las guardias ha ido ganando fuerza en los últimos meses. La médica intensivista Tamara Contreras ha recogido más de 100.000 firmas para poner fin a los turnos de 24 horas. Su propuesta ha llegado al Ministerio de Sanidad. La ministra Mónica García se ha comprometido a impulsar un cambio normativo que limite estas jornadas a un máximo de 17 horas, en línea con las recomendaciones de la SEMST y con lo que ocurre en otros países europeos.

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La regulación vigente, basada en una orden de 1977, prioriza las necesidades del servicio a la hora de organizar los turnos. Aunque se reconocen pausas de descanso, los expertos alertan de que son insuficientes. La SEMST recomienda pausas de 15-20 minutos por la mañana, otros 20 por la tarde y, al menos, hora y media de descanso nocturno. Cumplir estos tiempos es difícil en la realidad hospitalaria.

La situación plantea un dilema al sistema sanitario. Por un lado, garantizar atención continua y de calidad. Por otro, proteger la salud de quienes cuidan. La clave, coinciden los expertos, es entender que cuidar al personal sanitario es cuidar también al paciente. Sin descanso y sin salud mental, la calidad asistencial se resiente de manera palpable. Por ello, la reducción de las guardias de 24 horas se perfila como una prioridad.