La Red Europea para la Igualdad de las Lenguas (ELEN en sus siglas en inglés), que celebra este fin de semana su Asamblea General anual en el Itsasmuseum de Bilbao, ha declarado que el euskera y sus hablantes se encuentran "en situación de emergencia lingüística". Esto significa que, si no se adoptan en breve las medidas adecuadas para revertir las tendencias sociolingüísticas y los problemas estructurales actuales, “se avecina un retroceso”. La organización internacional creada en 2011 para proteger y fomentar las lenguas regionales y en peligro de desaparición de Europa apunta como factores que han llevado al euskera a la actual situación de fragilidad al escaso uso del euskera, a la ofensiva judicial y a la falta de oficialidad del euskera en Iparralde y parte de Nafarroa. Motivos a los que se suman el impacto de la globalización y la digilatización de la vida en las lenguas minorizadas.

En su resolución, ELEN afirma en los últimos años se han hecho evidentes los signos de que el proceso de normalización y revitalización del euskara de las últimas décadas “se ha ralentizado”. Aunque el número de hablantes sigue aumentando en términos absolutos, existen varios indicadores que evidencian la fragilidad de ese avance. Menciona algunos de los recogidos en la VII. Encuesta Sociolingüística publicada el año pasado, como “la proporción relativa de hablantes continúa disminuyendo en el País Vasco Norte (Iparralde); en Navarra, seis de cada diez estudiantes no tienen ningún contacto con el euskara en todo su proceso educativo; en las zonas más euskaldunes de la Comunidad Autónoma Vasca, el uso del euskara está retrocediendo; y en el conjunto de las siete provincias, cada vez son menos los hablantes que se desenvuelven mejor en euskara que en otras lenguas”.

En términos de cifras, solo el 17,5% de los y las hablantes usa el euskara más que otras lenguas en su vida diaria. Es decir, “el uso social, que es el indicador más relevante de la salud de un idioma, es débil, y el análisis general de las prácticas lingüísticas indica una tendencia hacia un mayor debilitamiento”.

OFENSIVA JUDICIAL

Esta fragilidad, destaca la declaración leída por Elin H. G. Jones, presidenta de ELEN, Davyth Hicks, secretario general de ELEN, e Idurre Eskisabel, vicepresidenta de ELEN y secretaria general de Euskalgintzaren Kontseilua, está estrechamente relacionada con el estatus del euskara y de su comunidad lingüística. Recuerda que una amplia área Euskal Herria no goza de oficialidad –Iparralde y en gran parte de Nafarroa–, lo que añade “un obstáculo significativo” al proceso de recuperación.

En la zona en la que sí es oficial, es decir, en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y la “zona vascófona” de Navarra, “se está produciendo una serie de sentencias que desactivan las políticas lingüísticas favorables al euskara, en una ofensiva judicial intensa contra su normalización y revitalización”. ELEN – en la actualidad cuenta con 175 organizaciones asociadas que representan 50 lenguas en 25 estados– considera que estas sentencias consideran “discriminatorias” las medidas en favor de la promoción del euskara, cuestionando lo establecido en el artículo 7.2 de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias. Además, añade la resulución, “esta ofensiva” tiene también “una dimensión política y mediática y, lamentablemente, se han multiplicado los discursos que asocian con la “discriminación” a las medidas que buscan sacar al euskara y a la comunidad de hablantes de la situación de minorización”.

REVITALIZACIÓN DEL EUSKERA COMO "PRIORIDAD"

ELEN también apunta que debido a la globalización y a la digitalización de la vida, las lenguas hegemónicas son cada vez más hegemónicas, y las lenguas minorizadas cada vez más vulnerables. Teniendo en cuenta todo esto “declaramos que el euskara y la comunidad de hablantes de euskara están en una situación emergencia lingüística”. No obstante, aclaran que esta declaración “ no es un llamado a la preocupación”, sino una forma de “dar el primer paso para encauzar la normalización y revitalización del euskara”.

Para revertir la situación, ELEN propone “colocar la cuestión lingüística en el centro de la agenda política y social”. Por tanto, pide a las instituciones, autoridades, y, en general, a los agentes políticos y sociales que consideren la revitalización del euskara como “ una prioridad”. Asimismo hace un llamamiento a la ciudadanía para que se comprometa con la normalización del euskara, del mismo modo que con otras emergencias sociales y políticas que nos atraviesan hoy en día. “Este proceso necesita de la implicación y compromiso de toda la sociedad”, concluye la resolución.