Un trabajo desarrollado por dos profesoras universitarias, impulsado por el Departamento vasco de Igualdad, analiza cómo reconstruir un relato histórico sin sesgos de género para evitar que esa historia tenga “un carácter androcéntrico en el que el hombre es el único protagonista”. El trabajo, realizado por las profesoras de la Universidad de Zaragoza Isabel Mellén y de la Universidad del País Vasco Virginia López de Maturana, ambas también docentes de la UNED, se titula 'Memoria histórica con perspectiva de género. Una guía práctica para incluir a las mujeres en el relato histórico', y ha sido presentado este mes en la Facultad de Letras de Gasteiz.

El trabajo ha sido encargado por el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales a través de Emakunde y el Instituto Gogora. El objetivo del estudio es concienciar de que el relato histórico hegemónico “no es incluyente ni representa a la mayoría de la población”. Ofrece una serie de pautas y reflexiones críticas encaminadas a señalar los principales sesgos de género y estereotipos de la narración histórica y actual, y analiza los mecanismos por los cuales “se expulsa reiteradamente a las mujeres del canon histórico o se tergiversa su contribución a las acciones colectivas”. También incluye algunas claves para desarrollar una memoria histórica sin sesgos de género implícitos y un decálogo de ideas básicas para aplicar la memoria histórica con perspectiva de género.

“Uno de los recursos básicos de ocultación es la utilización de estereotipos de género actuales que se aplican hacia el pasado haciéndonos creer que la situación de las mujeres no ha variado a lo largo de la historia y que siempre han cumplido roles que tienen que ver con los cuidados”, se señala en el decálogo. Para elaborar un discurso riguroso y científicamente correcto sobre la historia de las mujeres, añade, hay que recurrir a las fuentes originales en la medida de lo posible, “revisándolas de nuevo para evitar las ocultaciones posteriores de la historiografía”.

“A la hora de transmitir nuestro relato histórico es importante no contribuir a la ocultación femenina mediante un uso excluyente del lenguaje o a través de imágenes que no obedecen a la realidad social del pasado”, señala. En esta guía se incide en que un relato histórico “incluyente, riguroso, científico, sin mitos ni estereotipos” es un relato “que respeta la genealogía femenina, que ofrece referentes reales para las mujeres del futuro y que explica las opresiones y desigualdades del presente”.