Tres años después del primer caso de coronavirus y tras siete olas de una pandemia Euskadi ha recuperado la normalidad casi en su totalidad y la población convive con un virus ya contenido gracias a medidas preventivas y la vacunación. La desaparición de las mascarillas en el transporte público –aunque su uso se mantiene en centros sanitarios y sociosanitarios o farmacias-–ha sido el último paso hacia el restablecimiento de esa “normalidad” que perdimos el 14 de marzo de 2020, día en que se declaró el estado de alarma y comenzó un confinamiento que duró 100 días, hasta el 21 de junio de ese mismo año.

Atrás quedaron toques de queda, cierres perimetrales, restricciones como el pasaporte covid para acceder a algunos locales o la suspensión de actos, competiciones, conciertos o fiestas populares. Pero hay cuestiones que el confinamiento impuso que llegaron para quedarse como el teletrabajo. La posterior adaptación al formato híbrido tiene visos tanto de quedarse en las formas de trabajar como de evolucionar hacia una mayor flexibilización, y así o demuestra el incremento de ocupados que han utilizado esta fórmula en los últimos años, del 7,8% de 2019 al 11,2 % de 2021 en Euskadi.

15 marzo: Confinamiento.

El miércoles hará tres años desde que se hizo el apagón. El Gobierno español anunció el estado de alarma obligado por un virus que venía de China y que amenazaba al mundo. La pandemia toca su fin en Euskadi. A la caída de los contagios y la reducción de ingresos hospitalarios, Euskadi suma esta semana la cifra más baja de fallecidos desde julio de 2021. Concretamente, el último informe epidemiológico establece que tan solo se ha producido un fallecimiento en la última semana.

En 2020, con la crisis sanitaria, se hizo un ensayo general que propició situaciones inadecuadas y al mismo tiempo experiencias muy positivas que se mantienen –como la reducción de los viajes de empresa–, y su aplicación seguirá aumentando de forma combinada y con nuevas competencias y con una reorganización del sistema de trabajo. Uno de los mayores temores de las empresas cuando permiten el teletrabajo es la caída de la productividad y el compromiso de los empleados.

El principal argumento que exponen los estudios psicológicos radica en el hecho de que, al trasladar la jornada laboral al ámbito privado, los sistemas de responsabilidad comienzan a fallar. Sin esta estructura, la motivación se convierte en la primera víctima del trabajo a distancia. Sin embargo, desde GlobalWebIndex señalan que la cultura en el lugar de trabajo, la satisfacción laboral y la moral de los empleados (que suele estar más arriba en las empresas con políticas de teletrabajo) son esenciales para la motivación.

Esto contradice el mito más extendido que ha acompañado al teletrabajo desde que el desarrollo tecnológico lo ha posibilitado. En cifras absolutas, en 2021 descendieron las personas que teletrabajan la mitad del tiempo, aunque el número sigue siendo bastante superior al de 2019. Siguieron aumentando los que teletrabajan ocasionalmente. El teletrabajo ha aumentado en todos los grupos de edad respecto a 2019, pero ahora es superior en personas entre 35 y 44 años. Antes de la pandemia era más frecuente entre ocupados a partir de los 45 años.

Comercio electrónico

Las compras on line, también se han consolidado como una forma de consumo habitual entre los vascos tras el confinamiento tal y como lo refleja el Servicio Vasco de estadísticas. Según el Eustat, los establecimientos de Euskadi realizaron en 2021 ventas por un importe un 9,7% superior al del año anterior, que se elevó al 8,7% más en el caso de las compras. Tanto las compras como las ventas han experimentado crecimientos ininterrumpidos año tras año desde que se dispone de datos; con estos nuevos incrementos en 2021 se supera la barrera de los 24 mil millones de euros en el caso de las ventas y de los dieciocho mil millones de euros en el de las compras.

Se estima que las ventas electrónicas supusieron, de media, el 44,0% del total de las ventas de aquellos establecimientos que realizaron ventas por comercio electrónico. En su caso, las compras electrónicas resultaron ser el 38,2% del total de compras realizadas por las empresas en 2021.