La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales Beatriz Artolazabal, ha mostrado su confianza en que la estrategia diseñada por el Gobierno vasco para combatir la violencia hacia la infancia y la adolescencia contribuya a "aflorar a la superficie" los casos de maltrato a menores de edad y jóvenes que permanecen "invisibilizados" con "demasiada frecuencia".

Artolazabal ha presentado este miércoles, ante la Comisión de Políticas Sociales y Juventud del Parlamento Vasco, la 'Estrategia vasca contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia (2022-2025)', un documento que el Ejecutivo autonómico dio a conocer el pasado 28 de abril con motivo del 'Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil'.

En su intervención de este miércoles en el Parlamento, Artolazabal ha recordado que el número de niños y adolescentes víctimas de violencia sexual identificados por la Ertzaintza en Euskadi creció un 61% entre 2016 y 2019, un dato que ha calificado de "escalofriante". Además, tal y como ya hizo el pasado mes de abril al dar a conocer la estrategia, ha indicado que los registros de 2020 indican que uno de cada dos casos de abusos sexuales se produce en el entorno familiar del o la menor.

Artolazabal ha expresado su "sospecha" de que estos datos "son solo la punta del iceberg". Además, ha mostrado su confianza en que la estrategia elaborada por el Ejecutivo autonómico para combatir este problema contribuya a "aflorar a la superficie parte de esa realidad con demasiada frecuencia invisibilizada".

La 'Estrategia vasca contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia (2022-2025)' responde al objetivo de prevenir todas las formas de violencia hacia estos sectores de la sociedad, de detectar con mayor celeridad los casos de este maltrato que puedan producirse, y de ofrecer a los menores medidas de protección y reparación.

El primer eje de la estrategia se centra en la promoción de derechos y en la prevención, según ha informado el Gobierno vasco en un comunicado. A través de este programa se busca reducir la prevalencia de la violencia mediante un trabajo de sensibilización con la sociedad en su conjunto, con profesionales y con los niños, niñas y adolescentes.

Detección precoz de casos

El segundo eje persigue la detección precoz de casos de violencia o de riesgo de violencia para minimizar su impacto. A este respecto, la estrategia presta especial atención al papel de los agentes que actúan en espacios primarios de socialización o de proximidad, con el fin de facilitar canales de comunicación y escucha accesibles, cercanos, confidenciales, fiables y seguros.

Otro de los apartados del programa se centra en asegurar una atención integral que dé respuesta a las necesidades de atención, protección y reparación de los menores involucrados en situaciones de violencia, ya sea como víctimas, como testigos o como agentes perpetradores.

El plan estratégico prevé reforzar la especialización y la personalización, así como prevenir prácticas inadecuadas, por parte de instituciones o entidades, que puedan suponer una revictimización de los niños, niñas y adolescentes. El cuarto eje recogido en la 'Estrategia Vasca contra la Violencia hacia la Infancia y la Adolescencia (2022-2025)' fija como objetivo la colaboración entre diferentes instituciones, entidades y agentes sociales para aumentar el conocimiento de las diferentes formas de violencia y lograr una mayor eficacia en la respuesta a las mismas.

El Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales tiene previstas para este año 44 acciones que dan respuesta a 53 de las líneas de actuación recogidas en los cuatro ejes estratégicos de la estrategia. Entre estas actividades se incluyen cursos o talleres de formación, encuentros profesionales, programas de prevención del acoso y abuso sexual a niñas y adolescentes en el deporte, o la implementación del modelo experimental de atención integrada para menores víctimas de violencia sexual 'Barnahus'.

En el proceso de elaboración del documento han participado cerca de 80 niños y adolescentes, que han aportado su propia visión sobre la violencia que les afecta. Dado que las niñas, niños y adolescentes no son un colectivo homogéneo, la nueva estrategia apuesta por un enfoque interseccional, que tiene en cuenta la variables que pueden contribuir a la discriminación y provocar o acentuar diversas formas de violencia. Entre estas variables se encuentran el género, la nacionalidad, la raza, la identidad u orientación sexual o la situación socioeconómica.

Para el diseño de la estrategia se tomaron como punto de partida las conclusiones del estudio 'Violencia contra niñas, niños y adolescentes de la CAPV: diagnóstico, retos y orientaciones', presentado en 2019 por el Observatorio de la Infancia y la Adolescencia del Gobierno vasco.

Además, de acuerdo a los datos registrados por la Ertzaintza en 2020, un total de 1.459 personas menores de 18 años fueron víctimas de un delito, incluyendo casos de violencia intrafamiliar, violencia de pareja o expareja, y delitos contra la libertad sexual fuera del ámbito familiar.

Más casos de chicas que de chicos

Por sexo, se registran más casos de chicas que de chicos, dado que en 2020 las chicas constituyeron el 54% del total de víctimas. Por edad, la mayor parte de los casos registrados corresponden a adolescentes de entre 14 y 17 años. En lo que respecta al tipo y la forma de violencia, la intrafamiliar es la más habitual, al suponer un 45,5% del total de casos registrados. En 2020, la Ertzaintza identificó en Euskadi a 664 niñas, niños y adolescentes como víctimas de violencia dentro de su ámbito familiar, casi un 69% más que en 2016.

También han experimentado un crecimiento notable los casos de violencia hacia niñas por parte de sus parejas o exparejas (25%) y los casos de violencia sexual (24,2%). En 2019, la Ertzaintza pudo identificar en Euskadi a 206 personas menores de 18 años como víctimas de violencia sexual, de entre las cuales un 80,6% fueron niñas y mujeres adolescentes.

Resulta significativo, asimismo, que el Servicio de Atención a la infancia y la adolescencia del Gobierno Vasco, Zeuk Esan, batiera en 2020 un récord de llamadas, con un incremento del 23,5% desde 2018. No obstante, el Gobierno vasco ha recordado que una buena parte de esta violencia no se denuncia y, por lo tanto, no se registra. Estos casos o permanecen ocultos por muy diversas razones, entre ellas, el miedo a represalias, la interiorización y normalización de la violencia, el estigma asociado a la denuncia o la carencia y/o el desconocimiento de canales de denuncia adaptados, accesibles y confidenciales.

La Ley Orgánica para la protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia define esta vulneración de derechos humanos como "toda acción, omisión o trato negligente que priva a las personas menores de edad de sus derechos y bienestar, que amenaza o interfiere su ordenado desarrollo físico, psíquico o social, con independencia de su forma y medio de comisión, incluida la realizada a través de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente la violencia digital".