La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido, con motivo de la conferencia ambiental 'Estocolmo+50', de que el cambio climático plantea "graves riesgos" para la salud mental y el bienestar.

Por consiguiente, a través de un informe, ha instado a los países a que incluyan el apoyo a la salud mental en su respuesta a la crisis climática, y da ejemplos de varios países pioneros que lo han incorporado eficazmente.

Las conclusiones del documento coinciden con las de un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), publicado en febrero de este año.

Según el IPCC, la rapidez del cambio climático supone "una amenaza cada vez mayor" para la salud mental y el bienestar psicosocial, al provocar trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, la depresión, el dolor o las conductas suicidas.

"Los efectos del cambio climático están cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, y existe un escaso apoyo especializado en materia de salud mental para las personas y las comunidades que se enfrentan a peligros relacionados con el clima y a un riesgo a largo plazo", ha comentado la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española María Neira.

El organismo sanitario internacional de Naciones Unidas apunta que los efectos del cambio climático en la salud mental se distribuyen "de forma desigual" entre determinados grupos que se ven afectados "de manera desproporcionada", debido a factores como la situación socioeconómica, el género o la edad.

Según una encuesta de la OMS que se llevó a cabo en 2021 en 95 países, solo 9 de ellos habían incluido, hasta la fecha, el apoyo en materia de salud mental y psicosocial en sus planes nacionales sobre salud y cambio climático.

Como buenos ejemplos, la OMS menciona a Filipinas, que reconstruyó y mejoró sus servicios de salud mental tras el impacto del tifón Haiyan en 2013, o el de la India, donde un proyecto "ha permitido ampliar la reducción del riesgo de desastres, además de preparar a las ciudades para responder a los riesgos climáticos y hacer frente a las necesidades psicosociales y de salud mental".

"El impacto del cambio climático está agravando la situación ya de por sí sumamente complicada en que se encuentran la salud mental y los servicios de salud mental a nivel mundial. Casi mil millones de personas viven con trastornos mentales pero, en los países de ingreso bajo y mediano, tres de cada cuatro personas no tienen acceso a los servicios necesarios. Si se aumenta el apoyo en materia de salud mental y psicosocial en el marco de las medidas de reducción del riesgo de desastres y relacionadas con el clima, los países podrán hacer más para ayudar a proteger a las personas que corren mayor riesgo", ha comentado al respecto la directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel.

En concreto, recomiendan cinco enfoques para que los gobiernos aborden los efectos del cambio climático en la salud mental. En primer lugar, integrar las consideraciones climáticas en los programas de salud mental, así como el apoyo a la salud mental con la acción climática. También reclaman reducir el "importante déficit" de financiación que existe para el apoyo a la salud mental y psicosocial.

"Los Estados Miembros de la OMS han dejado muy claro que, para ellos, la salud mental es una prioridad. Estamos trabajando en estrecha colaboración con los países para proteger la salud física y mental de las personas frente a las amenazas climáticas", ha remachado el doctor Diarmid Campbell-Lendrum, responsable de la lucha contra el cambio climático de la OMS, y uno de los principales autores del IPCC.