El efecto positivo que tuvo la pandemia en la igualdad en las empresas al favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar se ha desvanecido por completo y la presencia de mujeres en cargos directivos ha vuelto a retroceder hasta situarse en el 16,8 %, dos puntos menos que en 2021.

Esta es una de las principales conclusiones del informe "Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos 2022" elaborado por la consultora ICSA Grupo y la escuela de negocios EADA, que ha analizado más de 80.000 salarios y que se ha presentado este miércoles.

El estudio, que llega a su edición número 16, alerta de que las empresas españolas no han aprovechado los cambios tecnológicos y de organización del trabajo que emergieron en 2020, de la mano de la Covid-19, para implantar sistemas que faciliten la presencia de mujeres en los puestos directos e igualar sus salarios.

En concreto, la cuota de mujeres en puestos de máxima responsabilidad es del 16,8 %, dos puntos menos que en 2021 (18,8 %) y sólo ligeramente por encima de la de 2020 (16,4 %), mientras que sigue muy lejos del nivel más alto alcanzado nunca, en 2008, cuando llegó al 19,5 %.

El nivel más alto se llegó en ese 2008 y cayó después abruptamente a causa de la gran crisis, para volver a empezar un lento crecimiento a partir de 2016.

El informe de este 2022 revela que el porcentaje de mujeres llega al 32,2 % entre los mandos intermedios de las empresas y al 46,1 % entre los empleados generales.

Respecto a la diferencia retributiva, escala hasta el 13,1 % entre los directivos (unos 10.200 euros anuales); y se sitúa en el 12,6 % entre los mandos intermedios (4.200 euros) y el 11,4 % entre los empleados (2.000 euros).

Esto significa que "por cada cien euros que gana una mujer en un puesto directivo, un hombre gana 113,1 euros", ha subrayado la socia-directora del área de consultoría de ICSA grupo, Indry Canchila, que ha presentado el estudio en línea desde Orlando (Estados Unidos).

El dibujo de la mujer por áreas de gestión es el misma que otros años: mayor presencia en la dirección de recursos humanos (32,9 %) y administración y finanzas (19,5 %), y muy menor en la dirección general (8,8 %), dirección comercial (7,6 %), y dirección de producción (5,9 %).

"No hemos aprendido nada. No se ha aprovechado la digitalización que ha traído la Covid-19 para equilibrar la presencia femenina en las empresas. Continúa el presencialismo absoluto como norma", ha afirmado Canchila.

A su juicio, existe "una falsa conciencia de lo que es la igualdad" y que, tras una mejora pasajera, "volvemos a los modelos antiguos, no sabemos conciliar y por eso dejamos a la mujer fuera".

La realidad que se vive en la empresa no tiene nada que ver con la de los centros de estudios que forman a los directivos, donde la presencia de mujeres y hombres está muy igualada, con más féminas en el cómputo total.

La investigadora y profesora de EADA Aline Masuda atribuye el retroceso en la presencia de mujeres en posiciones directivas a que, tras valorar los beneficios de la conciliación durante la pandemia, estas profesionales han acabado por renunciar cuando se ha vuelto a la inflexibilidad horaria.

"En España es necesario un cambio. Se está penalizando la maternidad pero no la paternidad. Hace falta innovación. Ir hacia los puestos de dirección compartidos y a potenciar porque se ha visto que el teletrabajo tampoco es una panacea porque se acaban trabajando más horas", ha dicho.

Si se tiene en cuenta el tamaño de la empresas, la diferencia retributiva llega al 14,50 % en la mediana empresa, al 8,97 % en la pequeña y al 5,50 % en la gran empresa (entre las que no se cuentan las del Ibex).