- El campaña Soy mayor, pero no tonto que impulsó hace unos meses Carlos San Juan, el jubilado valenciano de 76 años, para lograr que los bancos den un trato más humano a las personas mayores puso en el foco el edadismo, o lo que es lo mismo, la discriminación en función de la edad. Y aunque los jóvenes no son ajenos a este fenómeno, los estereotipos sobre los que se construye el edadismo afectan de forma particular a las personas mayores lo cual, a modo profecía autocumplida, afecta negativamente en su salud y en su calidad de vida. Pues bien, a finales de año Euskadi contará con una estrategia propia para prevenir y combatir la discriminación por razones de edad.
Así lo anunció ayer la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la presentación de la Agenda Nagusi 2022 que tiene como lema El brillo de mis ojos no tiene edad, no lo apagues. Si en 2020 la agenda se centró en el problema de la soledad no deseada y el año pasado en el modelo de atención a las personas mayores en las residencias, el edadismo centrará el proceso de reflexión y debate de esta edición. Según explicó Artolazabal, el proyecto persigue diseñar un nuevo relato en torno a la edad alejado de los estereotipos limitantes que “reforzará la cohesión y colaboración intergeneracional, como palanca de aprendizaje y progreso en Euskadi”.
Desterrar los tópicos asociados a la tercera edad, o al menos identificarlos, será una de las claves para dar pie al cambio. En este sentido, la consejera recordó que el estudio Condiciones de vida de las personas de 55 y más años en Euskadi de 2020, ya “alertaba de que los estereotipos negativos sobre las personas mayores están muy extendidos en Euskadi”. Lo que, a su vez, provoca “actitudes negativas de las personas mayores hacia su propio proceso de envejecimiento”, puntualizó. Dependientes, enfermizos, frágiles, sexualmente inactivos, improductivos o pasivos son algunos de los clichés que, de forma más o menos visible, han ayudado a levantar una imagen negativa de este colectivo.
El fenómeno, tal y como se ha podido comprobar con la brecha digital que la pandemia ha hecho aflorar, está muy extendido en las sociedades avanzadas. El edadismo quizás es menos conocido si se compara con otro tipo de discriminaciones como el sexismo o la xenofobia. No obstante, acarrea múltiples consecuencias perjudiciales como una menor esperanza de vida, inseguridad económica o el riesgo de invisibilización social. Según la OMS, dos de cada tres europeos afirma haber sido objeto de edadismo, mientras que uno de cada dos se confiesa edadista.
En palabras de Artolazabal, con este programa participativo el Gobierno Vasco quiere promover una percepción de la edad más ajustada a la realidad, valores y capacidades de las personas mayores, además de realizar “una reflexión conjunta para reconocer, analizar y combatir los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacia las personas en función de su edad”. Además de una veintena de profesionales de distintos ámbitos como la psicología o la comunicación, varias organizaciones juveniles tomarán parte en este foro. Y es que, según la consejera, “queremos convertir el propio proceso participativo en una oportunidad intergeneracional contra el edadismo”, que permita a mayores y jóvenes realizar “una reflexión conjunta respecto a cómo viven y conviven diferentes edades en un mismo tiempo y momento”. Por último, explicó que proceso entra ahora en las fases de deliberación y contraste de forma que “a finales de año, se podrán hacer públicas las conclusiones y el diseño de las estrategias” para y combatir la discriminación por razones de edad.