- Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) han adelantado un hora sus relojes para instalarse en el llamado horario de verano, un cambio que no tiene visos de desaparecer pronto dado que la propuesta de Bruselas para abolirlo ha quedado estancada. La UE decidió armonizar la fecha del cambio en todos sus Estados miembros para evitar desajustes, por ejemplo, en los horarios de los trenes que cruzan el continente.
Aunque un estudio de la Comisión Europea elaborado en 2007 reveló que el cambio horario tiene efectos positivos en áreas como la agricultura o la hostelería y genera ciertos ahorros energéticos, la medida tiene también detractores, que alegan que genera efectos perjudiciales sobre la salud humana y animal ligados a la secreción de melatonina.
En septiembre de 2018, Bruselas presentó una propuesta para abolir este cambio tras una consulta pública que registró un récord de participación ciudadana (con 4,6 millones de respuestas) y reveló que el 84 % estaba a favor de acabar con la medida. El plan preveía que cada Estado miembro decidiese si regirse de forma permanente por la hora de invierno o verano. El Parlamento Europeo respaldó la propuesta en 2019, tras lo cual esta pasó a manos del Consejo (los Estados miembros), que pidieron a la Comisión un nuevo estudio. Desde entonces, las negociaciones no han avanzado y la propuesta ha pasado a la última fila de las prioridades de Bruselas.