La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer los resultados del primer estudio realizado en varios países sobre la promoción de la leche de fórmula, que revela una estrategia que ataca la confianza en la lactancia materna a través de mensajes que hacen creer en la superioridad de la industrial. Así, embarazadas y madres jóvenes se han convertido en el blanco en las redes sociales de la industria de la leche de fórmula, que con algoritmos analiza el comportamiento de las mujeres en internet y determina si puede tratarse de una futura o reciente madre, en cuyo caso les dirige abundante publicidad para convencerlas de que su producto es mejor que la leche materna.

La comunidad internacional adoptó en 1981 el Código Internacional sobre Marketing de Substitutos de Leche Materna con el fin de regular las estrategias de promoción y publicidad, pero el estudio demuestra que es vulnerado a diario en todo el mundo. “Un gran porcentaje de las violaciones que vemos vienen a través de las redes sociales y esto es un problema grave. Nosotros no hablamos de censurar a mujeres que quieren decir algo sobre la leche de fórmula, el problema es cuando las compañías entran en las redes y hacen sus promociones y ponen mensajes en contra de la lactancia materna”, dijo uno de los autores del estudio, el doctor Larry Grummer-Strawn.

Las compañías no siempre mienten, pero en muchos casos utilizan información falsa o tendenciosa sobre la leche materna, una conducta que la OMS quiere ayudar a parar con este informe. Del estudio, realizado con entrevistas a 8.500 padres y 300 trabajadores de la sanidad de varios países, surge la evidencia de que el marketing está en todos lados y utiliza las emociones, los miedos y las ambiciones de las mujeres en una de las etapas más vulnerables de sus vidas.

Las compañías acuden a todo el arsenal del marketing digital, incluyendo influencers (celebridades, madres y hasta médicos) que hacen comentarios en favor de la leche de fórmula, así como foros de ayuda en internet o clubes de bebés. A pesar de que sobre el papel todos los países están de acuerdo con el Código de 1981, que podría evitar las derivas del marketing de la leche de fórmula, Grummer-Strawn indicó que sólo 25 países cuentan con leyes que protegen a las madres y embarazadas de estos abusos.

En los últimos días, un fabricante en EEUU inició el retiro del mercado de tres tipos de fórmula infantil sospechosas de haber provocado infecciones bacterianas en cuatro bebés. El científico de la OMS Nigel Rollins comentó que estos incidentes demuestran “la importancia de las decisiones que se toman en el momento del nacimiento y en los primeros meses de vida. En este caso se trata de consecuencias inmediatas, pero también puede haberlas a largo plazo”, señaló.

Las tasas de lactancia materna prácticamente no se han movido en los últimos veinte años (solo el 44 % de los bebés hasta los seis meses reciben exclusivamente esta leche), mientras que las ventas de la leche de fórmula se han más que duplicado y el sector ha alcanzado un valor de 55.000 millones de dólares.

Lactancia materna. La leche materna dentro de la primera hora de vida de los recién nacidos, seguida de una lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y su continuación hasta los dos años o más ofrecen al niño una amplia defensa contra todas las formas de malnutrición, lo protege además contra las enfermedades más comunes de la infancia y previene los riesgo de diabetes, obesidad y algunas formas de cáncer en las madres.