- Los casos de pederastia en el seno de la Iglesia se van destapando a cuentagotas. Si hace solo una semana, el consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, elevó a una treintena los casos de abusos sexuales en la Iglesia vasca, ayer ya sumaban 41 las investigaciones emprendidas por la Ertzaintza. Y es que, como el propio Josu Erkoreka admitió, “los datos cambian día a día porque llegan nuevas denuncias, ya que, en la medida en la que se ve en los medios, hay otros que se animan y muestran voluntad de dar el paso”, afirmó el vicelehendakari primero del Gobierno Vasco.
En una entrevista en Euskadi Irratia, Erkoreka reveló que, de los 41 casos, 36 se han denunciado en Bizkaia y los cinco restantes en Gipuzkoa. Todavía no se disponen de datos de Araba, “aunque eso no significa que no haya, sino que no hemos recibido denuncias formales”, matizó.
Ante estos episodios, el consejero de Seguridad indicó que la Ertzaintza está preparada para investigar cualquier denuncia de abusos presentada “con fundamentos sólidos” para, posteriormente, tramitarlo junto a la Fiscalía y llegar a la vía judicial.
Las diligencias permanecerán abiertas a pesar de las dificultades que encierran ya que en muchos casos será “muy difícil sacar algo en limpio de las investigaciones”, indicó Erkoreka. “Se trata de casos muy antiguos y muchos de los protagonistas están muertos o desaparecidos”. En todo caso, “eso no significa que no haya que intentarlo y que el que quiera denunciar no lo tenga que hacer”, sentenció.
Y es que tal y como señala el teólogo y exfranciscano, Jose Arregi, “ahora que los hechos salen a la luz, todavía a cuentagotas, pronto llegarán en tromba, la cúpula episcopal -con honrosas excepciones- trata todavía de minimizar el daño”.
Por su parte, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, defendió ayer una investigación independiente extraparlamentaria de los casos de abusos sexuales a menores en la Iglesia para evitar “juicios partidistas y ajustes de cuentas” en el Congreso por parte de partidos “abiertamente anti-Iglesia católica”. Además, espera que el bufete al que la Conferencia Episcopal ha encargado una auditoría “levante todas las casullas” y no se trate de “una maniobra dilatoria”.
Pese a reconocerse católico y creyente, Andoni Ortuzar, admitió que “la jerarquía en general de la Iglesia católica no ha estado a la altura de las circunstancias”. A su juicio, “es muy grave” que haya habido gente de su propia organización que haya cometido esos abusos y la Iglesia “no haya hecho nada o lo haya tapado”.
“Primero, hay una constatación de que no han hecho las cosas bien. Segundo, empieza a haber brotes verdes y tenemos un brote verde en la diócesis de Bilbao, que ha asumido de manera razonable el tema y espero que la Iglesia se ponga la primera en la línea de investigación porque es por su propio bien”, indicó en el desayuno de Fórum Europa-Tribuna Euskadi.
Ortuzar aludía, de esta forma, al hecho de que el pasado fin de semana, la iglesia vizcaína entonara el mea culpa y asumiera responsabilidades. Asimismo cifró en una veintena las denuncias recibidas en la comisión interna creada por la Diócesis de Bilbao, de las cuales, seis, afectan a sacerdotes diocesanos.
60
Las órdenes religiosas, que no están obligadas a rendir cuentas ante los obispados, han registrado al menos sesenta víctimas de abusos en Euskadi desde la década de los 50.
Mea culpa
La Vicaría General de Bizkaia dirigió el pasado fin de semana a los feligreses una carta que se leyó en las misas del domingo. “El hecho de que se trate de un problema extendido no nos exime de nuestras obligaciones morales específicas ante el conjunto de la sociedad”, se decía.
Carta pastoral
En una carta pastoral, Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, aseguraba: “Jamás tuvo que haberse dado nada parecido (...) Pese a que todos hemos llegado tarde, lo más importante es que aún estamos a tiempo para lograr justicia, reparación, acompañamiento y prevención”.