3ª ola diciembre-enero 2021

- Decididamente, la Navidad no se salvó y la tercera ola acabó llegando por más que las comunidades autónomas limitaran las reuniones familiares. En Euskadi, por ejemplo, el LABI intentó, aunque sin éxito, acotar las celebraciones. De hecho, solo se podía salir de la CAV para reunirse con familiares y allegados y se permitió hacer reuniones de hasta diez personas en Nochebuena y Navidad.

Acuciado por una nueva mutación del virus, mucho más contagiosa, y por médicos y científicos vascos alertando de la necesidad de pisar el freno ante una tercera ola, el Gobierno Vasco se vio obligado a retocar el Plan inicial de Navidad, endureciendo las medidas. Así, se puso especialmente inflexible el día de Nochevieja, adelantándose a un empeoramiento del escenario de la pandemia. Por ello, decretó que entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, los encuentros familiares en torno a una mesa para celebrar la salida de 2020, no debían superar los seis comensales.

Pero las restricciones no se quedaron ahí. Entre las decisiones más contundentes destacaba el temprano cierre de los comercios y de bares y restaurantes, que debían bajar la persiana a las seis de la tarde los días 24, 25 y 31 de diciembre y los días 1, 5 y 6 de enero. Además se adelantó el polémico toque de queda en una hora ya que en Nochebuena y Nochevieja no se podía circular por la calle más allá de las 00.30 horas.

A pesar de las limitaciones vigentes, el virus comenzó de nuevo a escalar y la ola seguiría creciendo hasta convertirse en una de las mayores. Solo una cuestión despejaba el horizonte y es que las primeras vacunas empezaron a inyectarse el 27 de diciembre y abrían un nuevo escenario. ¿Otro espejismo?