"Un horror, una locura". Así describen Marian Gerrikabeitia y Asier Zabaleta, los dos vascos atrapados en Maputo, el fin de semana que han vivido a raíz del cierre de fronteras decretado por Europa para los países del cono sur de África. Este lunes por la mañana recibieron la noticia de que el Ministerio español de Asuntos Exteriores fletará un vuelo este jueves para repatriar a 200 ciudadanos atrapados en la región, la gran mayoría de ellos en Sudáfrica, donde la variante ómicron del coronavirus ha sido detectada por primera vez. En su tono de voz se aprecia la tranquilidad que ellos mismos exponen en sus palabras. "Estamos bien, tranquilos", dice Marian, que había viajado junto a Asier para documentar el trabajo que el coreógrafo ha desarrollado con dos bailarines mozambiqueños.

Su vuelta estaba prevista para este lunes en un vuelo de Qatar Airways, en un vuelo que conectaba la capital de Mozambique con Madrid previaescala en Doha. El sábado, el consulado español les comunica que el vuelo se mantiene, pero en dos horas la situación cambia y el trayecto queda anulado. Intentan salir en otro vuelo con escala en Angola, pero no es posible. Su tercera opción es un avión de Ethiopian Airlines. "Pero son vuelos que atraviesan una ciudad en guerra, Addis Abeba, y aterrizan en Italia o Alemania, donde también han cerrado las fronteras a esta parte de África y solo dejan entrar a nacionales de esos países", subraya Marian.

Incertidumbre

"Te sientes como una pelota de ping-pong, de un sitio para otro, y tu vida cambia en cinco minutos, todo es incertidumbre", resume esta realizadora audiovisual. Incluso pensaron en trasladarse en automóvil a Johannesburgo para intentar despegar desde Sudáfrica. "Gracias a Dios no lo hicimos, porque podíamos habernos quedado atrapados allí", añade. El paso de las horas les conduce a la desesperanza. "Sabemos de gente que ha cogido un coche y ha hecho un viaje de cuatro horas hasta Sudáfrica, pero no sabes lo que te puede pasar por el camino. El miedo te entra en el cuerpo. Los últimos días han sido una locura. Te asustas, no sabes qué puertas tocar", explica Asier.

El vuelo que les llevará de vuelta a casa partirá el jueves y unirá Maputo con Madrid. "Todavía no sabemos el horario", informa esta periodista bilbaina. Lo que sí conocen es que, como es preceptivo, deberán someterse a una prueba PCR antes de embarcar y que deberán guardar, además, una cuarentena de diez días a su llegada a Madrid. Lo asumen y entienden, aunque en Mozambique los casos de coronavirus en los últimos días son apenas un puñado y las mascarillas están muy presentes en la vida cotidiana. "La distancia y el miedo hace que a todos los países se les meta en el mismo saco", destacan ambos. Al menos, su periplo laboral por Mozambique ha sido satisfactorio, ya que han podido cumplir gran parte de los objetivos por los que se desplazaron al país.

Cooperación

El coreógrafo de Ezkio viajó para arropar a dos bailarines locales con los que habíacolaborado en un proyecto de cooperación al desarrollo en el festival internacional Kinani. Marian Gerrikabeitia haestado allí para grabar un documental con ese trabajo. Además de estar en contacto con el consulado, el Gobierno vasco también se interesó por su situación. "Damos las gracias a todos los que han preguntado por nuestra situación", concluyen.