- La esposa del presunto inductor del asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines dijo ayer que no cree que su marido sea el responsable del crimen y negó que él sintiera odio hacia la víctima tras descubrir que ella y el edil mantenían una relación secreta. La mujer del presunto inductor declaró como testigo, a través de videoconferencia desde los juzgados de Durango, en la octava sesión del juicio con jurado que se desarrolla en la Audiencia de Oviedo por el asesinato de Ardines, en el que están acusados Pedro Nieva como supuesto inductor, así como dos presuntos sicarios y un intermediario.
Tras admitir que mantenía una relación con el concejal desde hacía cuatro años, desde que su matrimonio empezara a ir mal, la mujer de Nieva -a su vez prima segunda de la esposa de Ardines- defendió que su marido “tampoco era una persona agresiva o controladora”. La mujer indicó que tras conocer la muerte de Ardines, el 16 de agosto de 2018, entró en “shock” y no sabía “ni qué pensar”. Sí admitió que, tras conocer que la muerte de Ardines había sido violenta, un mando de la Guardia Civil le preguntó si su marido era celoso, momento en el que creyó que “Pedro podría haberle matado”.
Sin embargo, ante las preguntas de la fiscal, insistió en que nunca percibió que Nieva tuviera odio al concejal tras conocer la infidelidad o que estuviera “desesperado” sino que simplemente le veía con pena porque su relación se acababa tras 24 años casados y dos hijos. La esposa de Nieva sostuvo que ahora piensa que su marido no es responsable porque le comentó que el día del crimen “estaba en Amorebieta” y no se trata de una persona “agresiva ni vengativa”.
La mujer, que precisó que las relaciones con Ardines eran “ocultas y esporádicas” cuando se desplazaba sola desde Zornotza a Belmonte de Pría, donde tiene una casa familiar cercana a la del concejal, restó importancia al contenido de la conversación que Nieva les grabó unos meses antes del crimen y con la que confirmó sus sospechas de infidelidad. Tras afirmar que era “una conversación de dos personas adultas que se atraían y nada más”, admitió que su marido le pidió explicaciones pero “como siempre, como una persona normal”, pero enfadado.
Después de meses en los que el matrimonio “iba a peor” y ambos hacían vida por separado pese a seguir conviviendo, la mujer decidió marcharse de nuevo a Belmonte de Pría -donde pasaba los veranos- el 5 de agosto de 2018. La fiscal le recordó el contenido de algunos mensajes que le enviaba su marido como “Yo me moriré de pena” o “No voy a resistir perderte, me voy a morir”, a lo que respondió que no le veía desesperado sino sólo con pena porque el matrimonio se acababa.
Las acusaciones, que piden una pena individual de 25 años de prisión para cada uno de los acusados, mantienen que Nieva, amigo personal del edil, urdió el plan para acabar con la vida de Ardines después de descubrir en diciembre de 2017 que mantenía una relación con su mujer.
Según sostienen tanto la Fiscalía como la acusación particular, fue en julio de 2018 cuando Pedro Nieva tomó la decisión de ejecutar su plan sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de Ardines, y para ello contactó con Jesús M. para que le buscase a personas que pudieran actuar como sicarios a cambio de dinero. Tras estudiar los movimientos rutinarios del concejal, los dos acusados como sicarios, Djilali B. y Maamar K., se habrían desplazaron a Belmonte de Pría para ejecutar el crimen y, tras un primer intento fallido , ambos lo intentaron por segunda vez dos semanas después. Según las acusaciones, el 16 de agosto los sicarios colocaron unas vallas de obra para impedir el paso del vehículo de Javier Ardines y cuando este se bajó para retirarlas, ambos le atacaron, primero con un espray y después le golpearon la cabeza con un palo o un bate de béisbol y le estrangularon.
“No estábamos bien, el matrimonio estaba mal. En esa época estábamos muy, muy mal”
Declaración juicio ‘caso Ardines’