Expertos en políticas del tiempo que participan en la Time Use Week de Barcelona han coincidido este jueves en reclamar a Europa que suprima urgentemente el cambio de hora de invierno previsto para el próximo fin de semana, por el impacto negativo que tiene en la salud de las personas.
La Unión Europea acordó suprimir el cambio de hora para 2019, pero se prorrogó hasta 2021, una decisión que no se ha hecho efectiva por el desacuerdo de sus estados miembros sobre qué franja horaria adoptar en cada país.
Maria Nikopoulou, miembro del Consejo Económico y Social Europeo y redactora del estudio que hizo esta institución sobre el cambio horario, ha recordado que en la anterior legislatura tanto la Comisión Europea como el Parlamento estaban de acuerdo y que presionaron para suprimirlo en 2021.
Sin embargo, algunos estados miembros han argumentado que "necesitan más tiempo para poder tomar la decisión, que implica a muchos actores".
Ticia Luengo, cofundadora de la Alianza Internacional por el Tiempo Natural (IANT), una alianza de asociaciones de todo el mundo que insta a los gobiernos a adoptar la hora natural que corresponde a cada país, ha pedido presionar a los estados miembros para que tomen una decisión y hacer campañas de comunicación para que la población y los políticos "entiendan la urgencia de este debate".
El profesor Till Roenneberg, uno de los referentes en cronobiología mundial, ha hablado del impacto negativo que para la salud supone vivir en una franja horaria no alineada con los mismos relojes biológicos y ha considerado que "el coste de transición a la hora de implementar este modelo es mínimo".
Ha puesto como ejemplo que tanto en la península ibérica como en Estados Unidos ya tienen diferentes franjas horarias y las relaciones comerciales y sociales continúan sin dificultades, y ha remarcado que los "beneficios humanos son elevados", como han demostrado muchos estudios.
La cocoordinadora de la Barcelona Time Use Initiative, Marta Junqué, ha opinado que "afrontar el debate del cambio de hora es uno de los compromisos de la Declaración de Barcelona y, por ello, en los dos próximos años trabajadores con la IANT y expertos mundiales van a presionar a los estados miembros (de la UE) para acabar con el cambio de hora, que tantos efectos nocivos tiene para la salud, el sueño y el 'jet lag' social (descompensación horaria) que padecemos".
La Declaración de Barcelona sobre las políticas del tiempo se prevé que se firme mañana, viernes, por parte de casi un centenar de organizaciones mundiales activas en la investigación e impulso de políticas del tiempo, en la que se comprometerán a trabajar para que el derecho al tiempo sea un derecho de la ciudadanía.