Cefaleas, vómitos, fiebre... son algunos de los efectos secundarios más habituales de la vacuna de AstraZeneca. Sin embargo, en las últimas semanas las dosis de la farmaceútica británica tienen de nuevo los focos sobre sí por los casos de trombos registrados. El primero, el de un militar en Navarra que acabó falleciendo, y el segundo el de este mismo miércoles, cuando se ha notificado en Gasteiz el caso de una mujer que se encuentra en coma inducido tras recibir la vacuna de AstraZeneca.
Aún así, los expertos insisten -y los datos lo avalan: los trombos son uno de los efectos adversos más graves de la vacuna y los casos son muy poco frecuentes. Según el Ministerio de Sanidad, los posibles síntomas que se pueden llegar a tener debido a la vacuna británica son dolor de cabeza inusual, sangrados irregulares, vómitos, alteraciones visuales, fiebre e incluso puede llegar a provocar, aunque es poco frecuente, alergias graves.
Según los datos de FEDRA (Farmacovigilancia de Reacciones Adversas), la vacuna AstraZeneca es la que tiene menor tasa de efectos adversos con un 69 por cada 100.000.
"Los beneficios superan los riesgos"
La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) tras analizar los casos de trombosis ocurridos en personas a las que se había administrado la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca, insiste en que es "segura y eficaz" y los beneficios "superan con creces" a los riesgos.
Y es que según la directora de la EMA, Emer Cooke, era "previsible" que aparecieran algunos efectos secundarios poco frecuentes tras comenzar la campaña de vacunación. Asimismo, aunque la EMA no ha podido por ahora confirmar el vínculo entre la aparición de eventos trombóticos y la administración de esta vacuna, Cooke ha recomendado ser "cautos" e incluir estos efectos secundarios "muy raros" en el prospecto del producto e informar adecuadamente a los profesionales sanitarios para detectar cualquier evento conocido o desconocido.