A pesar de los inconvenientes planteados por las normas sanitarias para hacer frente al coronavirus, Gernika-Lumo ha rememorado hoy con los actos más emotivos de siempre el 84 aniversario del bombardeo. Con cautela por la situación pero con la solemnidad de siempre, la localidad ha rendido un sentido homenaje a las víctimas, al igual que hizo lo propio con el que fuera alcalde durante aquel in fausto 26 de abril de 1937, José de Labauria, o el corresponsal de guerra británico George Steer, quien narró en el The Times de Londres al mundo entero lo acaecido en la villa bajo las bombas nazis de la Legión Condor y la Aviazione Legionaria italiana al dictado de las ordenes del bando alzado.
De hecho, el primero de los homenajes se ha llevado acabo al mediodía. Y fue en honor del alcalde Labauria. En su busto, y en la plaza gernikarra que lleva su nombre, las autoridades locales han colocado un ramos de flores -en un homenaje orgnizado por Gernikazarra- como tributo a un hombre que, pese a las dificultades, no dudó en ponerse en cabeza de los trabajaos para tratar de salvar a Gernika de ser pasto de las llamas o la evacuación de la población civil. Alcalde del PNV en aquellos duros tiempos, su figura comienza a ser más reconocida, tras años en el olvido. A pocos metros, su nieta Deunore Labauria siguió un acto "emocionante para la familia". Un acto de recuerdo "a un hombre valiente" que tras el bombardeo no volvió a pisar su pueblo natal nunca más.
Y que falleció en 1945, tras haber permanecido en la cárcel de Larrinaga, en Bilbao, de donde salió con un cáncer que le hizo fallecer, no sin antes permanecer refugiado en Francia, y posteriomente se trasladara a un comveto en Vigo, donde fue detenido. Una vida compleja que, en todo caso, tuvo a Gernika en su corazón. Antes también tuvo tiempo de denunciar la destrucción de Gernika a través de Radio Bilbao, un 4 de mayo de 1937, con la villa aún humeante. "Si algún valor tiene el juramento que pueda prestar como alcalde y como cristiano, juro ante Dios y ante los hombres que la destrucción de Gernika fue obra exclusiva de la aviación extranjera", fue su denuncia, que ofreció junto al propio Steer, Bonifacio Echegaray, el sacerdote Eusebio Arronategui. Desde 2012 cuenta con un busto en una plaza que lleva su nombre.
STEER, LA VERDAD ANTE EL MUNDO
En cuanto a George Steer, Gernika le ha vuelto a recordar por ser el cronista que relató con la verdad por delante el bombardeo. Y que lo expuso en el mundo, ante los intentos de los golpistas por achacar la tragedia de la villa a los rojos. En su busto, situado en Barrenkale, las autoridades locales han depositado un ramo de flores en un sencillo acto en el que el alcalde de la localidad foral, José María Gorroño, volvió a clamar por la paz, "porque ningún otro lugar del mundo deba soportar lo que soportó este pueblo en 1937".
Y en un plano diferentes, aunque con una batalla pendiente contra el coronavirus, el primer edil llamó a salir "todos juntos" de la pandemia, como la propia villa realizó durante décadas para reconstruir un pueblo "devastado".
SIRENAS Y CAMPANAS
Los actos más emotivos se llevaron a cabo a la tarde, con el sonido de la sirenas y el repique de las campanas a las 15.45 horas y el responso en el cementerio de Zallo por las víctimas del bombardeo, Este último acto ha contado con la participación del lehendakari, Iñigo Urkullu, junto al alcalde Gorroño y dos supervivientes.
En el mismo, Urkullu se ha manifestado en el mismo sentido de lo solicitado por quienes salieron vivos de aquel ataque aéreo. "Que no se olvide jamás", han espetado. "Es una huella que sufrió aquella generación. Los testigos directos nos transmite sus vivencias", unos hechos que en todo caso han quedado "también para generaciones posteriores", ha asegurado.
"Nuestro recuerdo para las víctimas de aquella barbarie", ha afirmado Urkullu, quien ha expuesto que en el recuerdo están también "todas las poblaciones que han sufrido las situaciones de vulneración de derechos humanos", tanto de forma individual como colectiva. "En ese sentido Gernika es exponente". Por último, ha afirmado que "esta es una semilla que debemos de regar para la convivencia, desde la tolerancia y el respeto a todas las personas y a todos los pueblos". El día se cerrará con una manifestación silenciosa con velas que recorrerá Gernika a partir de las 20.00 horas.