- El Parlamento francés aprobó ayer de forma definitiva una ley para proteger sus lenguas minoritarias, lo que abre la puerta a la inmersión lingüística y a la subvención a escuelas privadas en idiomas diferentes al francés, lo que afecta directamente al euskera. El Gobierno no había dado su respaldo a esta proposición de ley impulsada por un grupo minoritario al considerar que podía poner en peligro la enseñanza del francés y su extensión a todo el territorio.
Pero los bloques partidistas acabaron divididos por las disensiones de diputados procedentes, sobre todo, de Bretaña, de la región de Occitania y de Iparralde. Actualmente, unos 170.000 de los más de 12 millones de escolares franceses reciben clases en una de las cuatro lenguas regionales reconocidas: euskera, bretón, occitano y corso.
La nueva ley exige que en los territorios concernidos por lenguas regionales todo alumno pueda recibir una enseñanza en las mismas. Además, abre la puerta a que los centros propongan la llamada inmersión lingüística, lo que no implica que la lengua principal siga siendo el francés, según defienden los impulsores de la reforma. El otro punto más polémico se refería a la financiación de las escuelas privadas para la enseñanza de esas lenguas. El texto adoptado establece que los ayuntamientos deberán subvencionar a las escuelas privadas en aquellos lugares donde no haya ninguna pública que proporcione este tipo de clases.