- El buque de salvamento Aita Mari desembarcó ayer a dos personas que "necesitaban ser atendidas con urgencia en un hospital", aunque permanece aún fondeado en el puerto siciliano de Augusta (Italia) a la espera de autorización para llevar al muelle a los otros cien náufragos que mantiene a bordo.
Según informaron fuentes de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, propietaria del Aita Mari, uno de los dos desembarcados es un joven que ya tuvo que ser ingresado en observación en la clínica del barco nada más ser rescatado, porque presentaba "síntomas de hipotermia y posible intoxicación por inhalación de vapores del combustible", al parecer porque viajaba al fondo de la patera de la que todos ellos fueron rescatados.
El Aita Mari rescató el viernes a 102 personas, entre las que había siete mujeres, dos de ellas embarazadas, y un bebé, de un bote de madera a la deriva. Poco después localizó una segunda embarcación con otras 46 personas a bordo, pero como carecía de capacidad para embarcarlas, les repartió chalecos salvavidas, víveres y agua, mientras buscaba "una solución" para ellas.
Posteriormente, a la espera de respuesta de las autoridades competentes, las 46 personas del segundo bote decidieron continuar la navegación hacia Lampedusa (Italia), adonde consiguieron llegar por sus propios medios.
Por su parte, el Aita Mari solicitó "amparo" a Italia y Malta, pero este último país rechazó "abrir su puerto" al buque de rescate, aunque finalmente el Gobierno italiano sí autorizó la llegada a Sicilia del buque de salvamento, donde permanece ahora a la espera de que desde tierra se active el "protocolo de desembarco" de los náufragos.
Las fuentes citadas precisaron que durante la mañana de ayer, los responsables del Aita Marí "han estado cumplimentando el papeleo" necesario para desembarcar a los náufragos y ahora se encuentran a la espera de "confirmación oficial" que puede llegar "en las próximas horas".