Los adolescentes empiezan a consumir pornografía de forma regular a partir de los 12 años, sin embargo, antes ya han tenido contacto con alguna escena sexual de forma accidental u ocasional. Según el estudio Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales, elaborado por la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de Illes Baleares, la primera vez que se encuentran con pornografía es a los 8 años debido a la familiaridad con la tecnología móvil.
La influencia de las amistades es la principal vía por la que los chicos jóvenes llegan a la pornografía, en el caso de las chicas se produce generalmente de forma accidental. Según Save The Children, el 51,2% de los adolescentes accede a contenido pornográfico mediante el intercambio entre sus amistades de fotos o vídeos por WhatsApp o redes sociales.
El informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia de Save The Children señala que siete de cada diez adolescentes consumen contenidos sexuales de forma frecuente, que esta visualización se produce en la intimidad. a través del teléfono móvil y se centra en contenidos gratuitos online, basados de manera mayoritaria en la violencia y la desigualdad.
Un dato preocupante es que, para un tercio de los adolescentes, la pornografía es el único recurso para aprender sobre sexualidad. El estudio de Save The Children revela que el 54,1% de los adolescentes, en su mayoría los chicos, cree que la pornografía da ideas para sus propias experiencias sexuales y al 54,9% le gustaría poner en práctica lo que ha visto.
De hecho, el 47,4% de los que ha visto contenido pornográfico ha llevado alguna escena a la práctica y no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja -el 12,2% de los chicos encuestados lo hizo sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien, frente al 6,3% de las chicas-.
Además, la pornografía puede llegar al incremento de conductas de riesgo como "practicar sexo sin preservativo, el intento de sexo en grupo y sexo con desconocidos".