- Los testimonios reales de siete mujeres de entre 55 y 79 años que han sufrido maltrato psicológico y también físico en dos de los casos “durante muchos años” van a visibilizar a un colectivo de mujeres de “especial vulnerabilidad” a las que se quiere facilitar el acceso a recursos especializados. Con el lema Si la escuchas, la verás. Solo una sociedad atenta puede detectar la violencia más oculta, Emakunde pone en marcha una campaña con el objeto de acabar con la “invisibilidad” de estas mujeres y tratar de encontrar “una mayor empatía en la sociedad” hacia su realidad.
No es una campaña al uso. Para la directora del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, Izaskun Landaida, es el fruto de un “proceso de participación” con las mujeres que han sido sus protagonistas.
La iniciativa ha sido puesta en marcha por el propio Instituto de la Mujer y el departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales con motivo del Día Internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer, que tiene lugar el 25 de noviembre
En esta ocasión, pone el acento en la visibilización de un colectivo de mujeres mayores que han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas. Landaida aseguró ayer que los testimonios de la campaña son “reales” y que no ha sido fácil para estas mujeres hablar, motivo por el cual, agradeció enormemente “su generosidad” al hacerlo y su participación en este proceso.
La directora de Emakunde desgranó algunos de los testimonios recogidos a lo largo del proceso de preparación de esta campaña que también se incluyen en ella para dar a conocer la veracidad de los testimonios.
Landaida leyó algunas frases que reflejan el calvario que pasaron. “Me dijo o tus amigas o yo. Era abrir yo la boca y todo parecerle mal. Y vas haciéndote cada vez más pequeña”. “Él nunca me agredió físicamente, pero hay cicatrices que tardan más en curarse”. “Igual yo salía pintada y me decía así se pintan las fulanas, vete a casa a lavarte la cara. Y yo volvía”.
“Bajaba la basura y si me quedaba a hablar con alguien me llamaba por el telefonillo para que volviera enseguida”. “Fui a una consulta a que me dijeran si yo estaba loca o desquiciada. Allí me dijeron que yo era una mujer maltratada psicológicamente”, leyó la directora.