- Con la segunda ola convertida ya en tsunami, el segundo confinamiento domiciliario en Euskadi puede ser inevitable si el toque de queda y las restricciones a la movilidad adoptadas el pasado lunes 26 no logran frenar la galopante expansión del coronavirus. La mesa de crisis del LABI se reunirá el jueves y evaluará la evolución epidemiológica y la necesidad de medidas más estrictas para contener los contagios que solo la semana pasada superaron la barrera de los ocho mil. Un comité que podría optar por un encierro similar al de marzo y abril pero con clases presenciales en los colegios.
En una entrevista en Radio Euskadi, el lehendakari Iñigo Urkullu indicó que, además de los datos de infecciones, el Gobierno vasco analizará otros indicadores como el de ocupación de UCIs. Participará asimismo en la reunión de la Comisión Interministerial del miércoles por la tarde, antes de decidir cómo actuar. Si los datos de contagios siguen la actual escalada, indicó que su Ejecutivo baraja desde "la supresión de toda actividad económica no esencial con una hora más adelantada" o "mantener solo la actividad laboral y educativa y el cierre del resto", sin descartar el confinamiento total. Se trataría, en definitiva, de reducir al máximo el número de horas que los ciudadanos permanecen en la calle. "Es una situación inquietante y de máxima preocupación pero se abordará desde un ejercicio de equilibrio para preservar la salud y la economía", aseguró, al tiempo que advirtió de que "todas medidas están sobre la mesa".
La ocupación de las Unidades de Críticos es lo que más preocupa en estos momentos. Ya hay un centenar de pacientes muy graves en UCI (concretamente 107), con una ocupación del 36% de camas, que rebasa la llamada línea roja, ya que el umbral en estas unidades está fijado en el 35%. Además la cifra de 107 hospitalizados en estás áreas no era tan mala desde el pasado 27 de abril.
El lehendakari destacó que desde que llegó la pandemia, Euskadi ha tenido que destinar a sanidad 340 millones de euros más de lo presupuestado. Y señaló que, en comparación a hace un año, la plantilla de Osakidetza ha crecido un 8,3%. "Hemos llegado a un total de 38.000 profesionales, algo que nunca había sucedido", destacó. En este sentido, explicó que el incremento de 3.500 profesionales extras equivale "a la plantilla de un hospital como el de Galdakao".
Urkullu insistió en que no hay "colapso hospitalario" y subrayó la fortaleza del sistema sanitario vasco, que ha conseguido atender en una semana 132.000 casos en Atención Primaria presencial y el doble en telemática, que cada día hace entre 10.000 y 15.000 pruebas PCR y que, además, ha vacunado ya a 300.000 personas contra la gripe. "Tenemos un sistema sanitario fuerte con capacidad de respuesta".
A su juicio, "no se trata de culpabilizar a nadie", pero es necesario reducir la actividad social y mantenernos dentro de grupos burbujas de no más de 6 personas para poder contener la enfermedad, al tiempo que se mostró favorable de aumentar las frecuencias de los transportes públicos para evitar aglomeraciones. Sobre las movilizaciones que los sanitarios llevan a cabo estos días, aseguró comprender "la presión que soportan los profesionales de Osakidetza" y reconoció su gran labor. Sin embargo, puso sobre la mesa el esfuerzo inversor de su Ejecutivo, y que el "presupuesto es finito ya que debe reforzar al mismo tiempo la educación y las ayudas a sectores especialmente afectados por la crisis".