Eran las siete de la tarde, pero no había ni rastro de la fiesta que se estaba viviendo en el mismo lugar un año antes en torno al cañonazo que inicia la Aste Nagusia donostiarra. El covid-19, que ha ido dejando a todas las localidades sin sus respectivas celebraciones, también ha hecho suspender la Semana Grande de Donostia. Este verano no habrá ni conciertos multitudinarios en Sagües ni los fuegos artificiales, símbolo de la Semana Grande, y los bares y locales de ocio nocturno cerrarán a la 1.30 horas. Para tratar de compensar todas estas cancelaciones, el Ayuntamiento de Donostia ha programado una serie de actividades para todo el mes denominado Abuztua Donostian y que comenzó ayer con un acto para alrededor de 100 personas en el Palacio Miramar. Han comenzado las no fiestas.
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