Italia sigue doblegando la curva de contagios por coronavirus y registra este lunes 300 nuevos casos, la cifra más baja desde los primeros días de la emergencia, de los cuáles la mitad (148) corresponden a la región de Lombardía.
El número de casos totales desde que se detectó el virus el 21 de febrero asciende ya a 230.158, de los cuáles 141.981 ya se han curado y 32.877 han muerto.
Los fallecidos del último día son 92, casi el doble de los 50 reportados el domingo, pero ayer no se incluían muertos de Lombardía porque no se habían recibido los datos. De los 92 de hoy, 34 corresponden a esa región, la más golpeada de Italia por la epidemia.
Hasta el momento, el país suma 230.158 contagios, tras los 300 nuevos casos del último día, y 32.877 fallecidos, incluidos los 92 decesos confirmados y que incluyen 34 de Lombardía, la región más castigada y que la víspera no había informado de ninguna víctima mortal.
Según Protección Civil, en la actualidad solo hay 8.185 pacientes hospitalizados, 428 menos que el domingo, mientras que los ingresados en la UCI siguen disminuyendo hasta los 541, doce menos que el día anterior. Por otra parte, 1.502 pacientes más han recibido el alta en las últimas 24 horas, lo que sitúa el total de curados en 141.981.
Voluntarios para recordar mantener el distanciamiento
En el plano político, el plan del Gobierno de reclutar a unos 60.000 voluntarios que estarán desplegados en las calles de diferentes ciudades y localidades para recordar la obligación de cumplir con la regla de distanciamiento físico para evitar nuevos contagios ha generado polémica.
La iniciativa, anunciada por el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, llega en un momento en el que está creciendo la preocupación porque en lugares como las playas, los bares o las plazas las personas no siempre están cumpliendo con la separación requerida.
Ante el aluvión de críticas y reacciones suscitadas, fuentes del Ministerio han aclarado a la cadena pública RAI que estos "asistentes cívicos" realizarán "16 horas a la semana" de voluntariado que "cada uno puede regalar a su ayuntamiento para ayudar a ancianos, llevar la compra y las medicinas, ayudar a organizar el distanciamiento social".
No se trata, han recalcado las fuentes, "de ninguna vigilancia o de centinelas" puesto que "no podrán pedir documentos" sino limitarse a informar a los cuerpos y fuerzas de seguridad en caso de incumplimiento de las normas de distanciamiento y de reunión.