- Los lunes suelen ser los días en los que entran en vigor nuevas fases de desescalada y ayer así fue en numerosos países europeos que, con mayor o menor ritmo, intentan reactivar la economía y retomar la vida social, siempre con estrictas medidas de seguridad.
Ayer comenzó la desescalada en Francia, con diferencias en los departamentos en función de la incidencia del virus. Las colas en algunos comercios y un sistema de transporte más frecuentado marcaron la reapertura gradual.
Desde ayer, los ciudadanos pueden abandonar libremente su domicilio -sin necesidad de mostrar ninguna autorización-, con el único límite de no moverse a más de 100 kilómetros. La mayoría de las tiendas han reabierto, al igual que muchas oficinas.
En algunas regiones se han establecido condiciones especiales al ser los principales focos de la pandemia. Las medidas son particularmente estrictas en la región de París, donde quien use el transporte en hora punta deberá presentar un documento laboral o alegar motivo de fuerza mayor.
Alemania siguió ayer su desescalada con reaperturas de escuelas, comercios, actividades deportivas en grupo, con ritmos regionales distintos y con el temor a que haya un repunte de casos.
Bélgica avanzó ayer con la apertura de comercios y la permisividad de reuniones limitadas en los hogares, que ahora podrán recibir visitas de hasta cuatro personas siempre que sean las mismas y que no visiten a nadie más.
En comercios el aforo se limitará a un cliente cada 10 m2, que podrá estar un máximo de 30 minutos y en solitario. No se obligará a llevar mascarilla, pero sí en el transporte público.
Bélgica ha tenido un confinamiento laxo, ya que siempre ha permitido el deporte y paseos al aire libre sin franjas de tiempo ni limitaciones de distancia, pero ha echado el freno de mano en la desescalada. La reapertura de restaurantes llegará el 8 de junio y no hay fecha para bares y cafeterías.
Los colegios iniciarán el regreso de algunos alumnos con la fase dos, prevista para el próximo 18 de mayo.
Países Bajos reabrió ayer la educación primaria y las peluquerías, con gran apoyo popular a una relajación limitada del confinamiento inteligente y con la población reacia a abrir la hostelería por temor a saturar la sanidad.