Las cifras de contagios y de fallecimientos por Covid-19 en Nueva York dieron este lunes señales de estabilización por segundo día consecutivo, lo que a juicio de las autoridades indicaría que la enfermedad puede haber alcanzado ya su punto máximo en este estado.
En las últimas 24 horas, 599 personas murieron en Nueva York por el coronavirus, prácticamente el mismo número que el día anterior, cuando habían perecido 594, en lo que fue la primera bajada diaria de los fallecidos registrada en el estado, que un día antes había perdido a 630 personas.
Mientras, entre el domingo y el lunes se redujo el ritmo de nuevas hospitalizaciones, ingresos en cuidados intensivos e intubaciones.
"Todas esas son buenas señales y de nuevo pueden sugerir un aplanamiento de la curva", dijo en su conferencia de prensa diaria el gobernador del estado, Andrew Cuomo, que insistió en que la tendencia aún debe confirmarse.
Algunos analistas advierten de que será necesario ver los datos de los próximos días para descartar una posible distorsión de los números durante el fin de semana.
Nueva York, el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos, acumula con estas últimas cifras un total de 4.758 muertos y de 130.689 casos de Covid-19 confirmados, frente a los algo más de 122.000 que tenían un día antes.
Más de 16.800 pacientes está ingresados actualmente en hospitales y, de ellos, unos 4.500 en unidades de cuidados intensivos.
Cuomo, por su parte, recalcó que, aún si efectivamente se ha alcanzado el "pico" de la pandemia en Nueva York, está por ver si ahora las cifras comienzan a caer de forma pronunciada o si se da una "meseta" que mantenga las dificultades durante un periodo de tiempo más prolongado. "Si estamos estabilizándonos, nos estamos estabilizando en un nivel muy alto y hay una presión tremenda en el sistema de salud", subrayó.
Según dijo, algunas de las proyecciones iniciales, que apuntaban hasta 110.000 muertos por el Covid-19, parecen alejarse, pero insistió en que lo hacen por las medidas de distanciamiento social impuestas.
Por ello, anunció que el cierre de las escuelas y de todos los negocios no esenciales continuará al menos hasta el 29 de abril y avanzó que se aumentarán de 500 a 1.000 dólares las multas por no respetar las reglas de distanciamiento social, después de que este fin de semana se produjesen aglomeraciones en algunos parques.
"Este no es momento de ser laxos", insistió el gobernador, que apuntó a los nuevos brotes registrados en algunos países cuando se baja la guardia.
Sobre la situación en los hospitales, Cuomo explicó que por ahora todos cuentan con los equipos necesarios, incluidos respiradores y materiales de protección como mascarillas y trajes, pero se siguen tomando medidas para aumentar la capacidad.
En ese sentido, señaló que el centro de conferencias Javits, convertido en hospital de campaña, está comenzando a operar y podrá albergar hasta 2.500 enfermos de Covid-19.
Además, dijo que va a pedir al presidente del país, Donald Trump, que el buque militar USNS Comfort -enviado a la ciudad de Nueva York- pueda tratar también a pacientes con el coronavirus y no solo con otros problemas de salud como estaba previsto inicialmente.
Unas horas antes, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, había dicho que con las últimas remesas recibidas los hospitales de la ciudad tienen los suministros y personal necesarios para esta semana.
La Gran Manzana tenía previsto recibir este lunes 600.000 mascarillas tipo N95, que se suman a 200.000 enviadas el viernes por el Gobierno federal, mientras que se están adquiriendo y fabricando miles de vestimentas de protección para los sanitarios.
Según De Blasio, los hospitales de Nueva York usaron unos 1,8 millones de prendas de ese tipo la semana pasada y esta semana usarán unos 2 millones.