La red ciudadana por los derechos de los presos de ETA, Sare, pide no dar la espalda a la situación de los presos que “buscan rehacer su vida”, por “justicia y humanidad”, y considera que el sistema penitenciario debe basarse en el “respeto a los derechos humanos y en la posibilidad de una reintegración social”. La asociación considera que la prisión “no debe ser un lugar donde se prolonga el sufrimiento, sino un espacio donde se abren caminos para la reparación y el regreso a la vida en libertad”.
En su segunda conferencia en el Palacio Euskalduna de Bilbao, Sare apeló este sábado a los derechos humanos como base para la convivencia en un manifiesto leído por su portavoz, Joseba Azkarraga, y María Jauregi, hija de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA. Sare puso el foco en las víctimas y lamentó que se “relativice” el dolor de las víctimas y se “instrumentalice políticamente por intereses espurios”. En este sentido, censuró la categorización de las víctimas: “No hay víctimas de primera o de segunda; el respeto y el reconocimiento deben ser iguales para todos “.
Según señalaron, ese reconocimiento “debe alcanzar a las víctimas de las diferentes violencias sufridas en nuestro país, incluyendo a quienes sufrieron torturas, persecuciones injustas o actuaciones ilegitimas que quebraron derechos humanos básicos”.
Desde la asociación, exigen que se aplique una legislación penitenciaria “ordinaria” a los presos de ETA y apeló al “respeto a sus derechos, incluido su derecho a la vuelta a la sociedad, a la resocialización, a normalizar sus vidas, en base al compromiso de no reiteración y una posición sinceramente respetuosa con las personas que sufrieron y sufren por sus hechos”.
La red aboga por la reintegración de quienes cumplen condena tras más de 15 años de la desaparición efectiva de ETA, ya que fue en 2010 cuando la banda armada anunció el cese de su actividad terrorista, aunque su disolución definitiva llegó en 2018. El manifiesto también se refiere a la construcción de la convivencia en Euskadi: “Convivir es aprender a mirarnos sin resentimientos ni ánimo de venganza. Es sostener la memoria sin convertirla en arma. Es aceptar la pluralidad de relatos sin renunciar a los valores democráticos y a la dignidad de todas las víctimas”.
En este sentido, la asociación advierte de que la convivencia en Euskaldi “no será fruto del olvido, sino de la voluntad compartida de avanzar, de construir puentes donde hubo muros, de soltar donde hubo nudos, de reconocer al otro sin dejar de ser uno mismo”.
Más de cien presos
Sare considera imprescindible acabar con todos los sufrimientos para lograr una convivencia real y eso supone dar una resolución definitiva a la cuestión de los presos. En la actualidad hay 110 presos de ETA, según datos de Etxerat. La mayoría (80) cumple condena en las tres carceles de la CAV, a los que hay que añadir dos en Iruñea y tres en Lannemezan (Francia). Otros 25 cumplen condena en casa con medidas de control. Además, hay una media docena de reclusos que no figuran en el registro de Etxerat porque rompieron en su día con el colectivo oficial de presos EPPK.