París. Un paciente francés aquejado del coronavirus murió anoche y se convirtió en la segunda víctima mortal en Francia, donde en las últimas horas se registraron tres nuevos contagios, entre ellos el fallecido, informaron este miércoles las autoridades sanitarias.
La víctima es una persona de 60 años que fue ingresada anoche en el hospital parisiense de la Pitié-Salpêtrière en un estado "gravísimo" y que murió a las pocas horas, indicó a la prensa el director general de Salud Pública, Jérôme Salomon.
Francia registró el de 15 febrero la primera víctima mortal en Europa por el coronavirus, un turista chino de 80 años que también fue hospitalizado en la capital. Un total de diecisiete personas han sido diagnosticadas de COVID-19 hasta ahora en Francia.
Uno de los dos nuevos casos detectados durante la noche es un francés, de 36 años, procedente de la región italiana de Lombardía y que se encuentra ingresado en Estrasburgo, en el este de Francia, en un estado que no reviste gravedad.
Salomon indicó que las autoridades sanitarias están analizado a las personas que entraron en contacto con él.
El decimoséptimo caso de contagio en Francia es un paciente de 55 años ingresado en estado "grave" en Amiens (norte), según el director general de Salud Pública.
Por otro lado, los clientes de un hotel de Baune, en el centro del país, permanecen aislados en el edificio hasta conocer los resultados sanitarios de otro de sus ocupantes, procedente de Hong Kong, que presentaba síntomas de esa enfermedad.
Los alumnos de un colegio de Courbevoi, cerca de París, que permanecían bajo vigilancia tras un viaje a Lombardía, han dado negativo.
Francia tiene activado un plan de prevención contra el coronavirus, con 70 centros hospitalarios repartidos por todo el territorio para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes contagiados.
La oposición ha criticado que el Gobierno no haya tomado medidas excepcionales tras la aparición de un foco en el norte de Italia.
La líder ultraderechista Marine Le Pen pidió el cierre de la frontera con ese país, algo que, por ahora, no recomiendan las autoridades comunitarias.
Varios alcaldes del sureste del país han considerado que el Ejecutivo debió impedir la llegada de aficionados de la Juventus de Turín, unos 4.000 de los cuales se espera que asistan esta noche en Lyon a un partido de Liga de Campeones.