Bilbao - Que un niño de corta edad haga preguntas de lo más perspicaces o retenga en su memoria una cantidad inusitada de información puede ser un indicativo de sus altas capacidades intelectuales. Sin embargo, en la práctica, la detección de este alumnado con unas necesidades educativas específicas no es tan simple como parece. Por ello, el Gobierno Vasco ha puesto en marcha un pilotaje para descubrir escolares con maduración precoz, talento y superdotación en 54 centros educativos. El Departamento de Educación dio a conocer el proyecto durante una jornada con 350 profesionales dedicada a compartir experiencias en torno al Plan de Atención Educativa para el Alumnado con Altas Capacidades Intelectuales puesto en marcha a finales del curso pasado y que ya da sus primeros frutos: en apenas unos meses las detecciones han pasado de ser 749 a 799.
Según relató Maite Alonso, viceconsejera de Educación, el plan ofrece materiales a los profesores para que en su rutina diaria registren aquello que les llama la atención. “El proceso de pilotaje servirá para respaldar que la herramienta tiene la garantía necesaria”, señaló. De esa forma, han involucrado a 180 alumnos de 54 centros. “Entre ellos, un tercio está diagnosticado con altas capacidades, en la misma aula habrá otro alumno que el profesor cree que podría tener altas capacidades y, en tercer lugar, se elegirá a otro alumno al azar”, explicó la viceconsejera. El profesor registrará los resultados y, posteriormente, un grupo de diez expertos analizarán el contenido de la prueba para elegir los ítems más significativos. “Esperamos que a finales de curso la herramienta esté validada”, adelantó.
Según relató Alonso, la detección temprana es básica. “Tenemos que conocer a este alumnado para darle más opciones de aprendizaje con los demás. La escuela inclusiva es una línea que roja que no nos vamos a saltar”, expuso la viceconsejera, quien explicó que la maduración precoz se detecta en la etapa Infantil. “Puede estar adelantado a su edad por estar muy estimulado por sus familiares, pero muchas veces luego se equipara al resto”, indicó. “También hay alumnos talentosos. Aparecen en determinadas áreas, como las matemáticas, la música o el deporte. Cuando el talento se produce en varias áreas hablamos de superdotación”, apuntó Alonso, quien concretó que si el alumno con altas capacidades se “adapta bien al entorno” a veces se les adelanta de curso en ciertas áreas.
Mitos La apertura de la jornada celebrada el miércoles corrió a cargo de la consejera de Educación, Cristina Uriarte, quien se refirió a los estereotipos asociados a las altas capacidades. “Se da por hecho que todo el alumnado con alta capacidad es igual, que deben sobresalir en todo”. Sobre esos mitos también habló Miryam Martínez, doctora en Pedagogía de la Universidad de Deusto: “Hay una percepción de que intervenir con ellos puede ir en contra de su bienestar emocional o puede ser elitista”, señaló. No obstante, defendió que “la investigación avala que este alumnado tiene necesidades específicas de apoyo educativo y necesita una educación especializada que le permita avanzar según sus posibilidades”.
Dentro de las prácticas llevadas a cabo en los centros educativos, Aran-tza Etxebarria, directora del colegio San Bartolomé, de Leioa, expuso que han participado en el proyecto Bikaintasunerantz, mediante el que han sensibilizado y formado al profesorado sobre las altas capacidades. En su centro, todos los alumnos pasan a lo largo de la semana por la pentsateka, una recopilación de sencillos juegos didácticos, donde se ponen a prueba. “En los distintos juegos que se plantean hay alumnos que no pueden superar los niveles y otros que siguen y siguen. Se les ve la capacidad para aprender a pensar”, indicó. “Damos mucha importancia a realizar el seguimiento desde la etapa Infantil, es importante seguir la pista a las niñas porque pasan más desapercibidas”, señaló. De hecho, el plan del Gobierno Vasco evidencia la vulnerabilidad del alumnado femenino con alta capacidad: de cada diez casos detectados, siete son niños y tres, niñas.
“Queremos que en el centro escolar se detecte cuanto antes para que haya una intervención educativa e inclusiva desde Infantil, igual que un autismo primario se puede detectar con 18 meses”, reivindicó por su parte, Garbiñe Badiola, psicóloga de Aupatuz, Asociación de Niños y Niñas con Altas Capacidades del País Vasco, quien señaló que esta detección temprana es primordial para evitar la “carga de ansiedad” que a menudo padecen aquellos alumnos con altas capacidades al sentir “que no son comprendidos o no encajan”.