Zaldibar - Alternativas sobre la mesa hay unas cuantas. También disposición y voluntad por parte de responsables de vertederos y de las empresas afectadas por el cierre del vertedero de Zaldibar. Y es que el colapso de esta instalación está teniendo efectos colaterales sobre buena parte de esa gran industria que depositaba allí los residuos no peligrosos generados en su actividad. La red de vertederos está al límite. Echando números, las 15 plantas repartidas por la geografía vasca no son ni física ni logística ni legalmente capaces de absorber las más de 500.000 toneladas de residuos que recibía el de Zaldibar.
Por eso, el Departamento de Medio Ambiente y el de Desarrollo Económico -en colaboración con Aclima- se han puesto manos a la obra para dar una respuesta rápida, eficaz y con garantías a este problema. Una de esas opciones contempla la posibilidad de que algunos residuos no peligrosos que llegaban a Zaldibar -arenas de fundición, escorias, tierras y escombros de construcción, por ejemplo- puedan ser derivados a vertederos localizados fuera de Euskadi.
Así lo confirmaba ayer Elena Moreno. "Tenemos que cuadrar la capacidad de nuestros vertederos con las problemáticas de cada uno de los residuos a la vez que vemos otras alternativas fuera de nuestras fronteras. Ya estamos en contacto con otras comunidades para ver qué capacidades tienen", anunciaba la viceconsejera de Medio Ambiente. Habrá que analizar caso por caso y siempre que se pueda se respetará el principio de proximidad [que el depósito de residuos se haga lo más cerca de su lugar de origen], pero como dijo Moreno "estamos hablando de una situación de emergencia".
Durante la reunión de trabajo mantenida ayer se escucharon varios posibles destinos. El alavés de Gardelegi fue uno de ellos: de carácter público, 35 hectáreas, un vaso abierto y buenas condiciones... Arenas de fundición y escorias podrían ser derivadas a esa instalación aunque antes se debe analizar la autorización ambiental para saber "qué nos permitiría y qué cantidad. No vamos a distorsionar el plan de Vitoria", puntualizó Moreno.
Esta opción, eso sí, podría aliviar el volumen de residuos que debería recibir el de Zaldibar y que los vertederos privados no tienen capacidad para hacer. Otro nombre que también sonó fue el de Epele, en Bergara. Está cerrado sí, pero con una reciente ampliación "y con capacidad para recibir residuos no peligrosos", indicó la viceconsejera.
Ampliaciones Y es que ni siquiera atendiendo a las solicitudes de ampliación planteadas por algunos vertederos -con anterioridad al derrumbe del de Zaldibar en el que desaparecieron dos trabajadores- sería posible escapar de ese déficit y asumir las miles de toneladas que anualmente gestionaba Verter Recycling. "Falta por hacer los números finos y ver a qué corrientes [tipología de residuos] les damos solución rápida", apuntaba Moreno. Por ejemplo, se buscan alternativas a los llamados lodos de destintado generados por el sector papelero. Pueden tener otra salida que no sea el depósito en vertedero. "Son lodos que realmente, para los planes de explotación de los vertederos actuales, generan problemas. Eso tenemos que cuadrarlo", reconoció.
En este sentido, la viceconsejera pidió a la industria y a los gestores de residuos que se pongan "en clave de resolución". Y recordó que aunque el Gobierno Vasco ha tomado las riendas para canalizar esta situación de emergencia "esto es un sector privado donde productores de residuos se ponen en contacto con gestores. Estamos intentando colaborar en la parte que nos corresponde para agilizar tramitaciones" y facilitar contactos con otras administraciones.
La redistribución de esa carga de trabajo vinculada hasta la fecha al vertedero de Zaldibar significará que algunas instalaciones tendrán que gestionar más residuos de los previstos en sus planes de explotación. Este hecho ha generado cierta inquietud entre los responsables de los vertederos y ya ha sido tenido en cuenta por el Ejecutivo, que extremará las medidas de control y seguridad. Las decisiones serán adoptadas en los próximos días, dejó entrever la viceconsejera.