MADRID. Antes de participar en la búsqueda de la exesquiadora en Cercedilla, en la sierra de Madrid, en uno de cuyos aparcamientos para senderistas fue encontrado ayer su coche -un Mercedes clase A-, ha añadido que en los últimos meses su hermana "estaba fenomenal".
En declaraciones a la prensa, ha agradecido, por otro lado, la colaboración de voluntarios, amigos y familia que esta mañana esperan incorporarse a la búsqueda de la medallista olímpica, de 56 años.
"Estamos con mucho ánimo, de ver a tanta gente preocupada, y emocionados con las muestras de cariño que ha mostrado el pueblo de Cercedilla, familiares, los amigos...", ha añadido su hermana.
De momento, la familia de Blanca no tiene ninguna novedad y se dispone a participar en las batidas en cuanto reciban instrucciones del equipo de coordinación que se encuentra reunido en el puesto de mando en la localidad madrileña.
"Estamos todos esperanzados, esperamos encontrarla, aunque sea accidentada", ha recalcado la hermana.
Ha insistido, por último, en que "todo el mundo está volcado, es muy emotivo".
Olivia, la hija de Blanca Fernández Ochoa denunció su desaparición el pasado 24 de agosto al advertir que había dejado el móvil en casa después de decir que se iba al norte a hacer senderismo unos días.
Su coche fue hallado este domingo en el aparcamiento de Las Dehesas, donde se ha instalado un dispositivo con dos carpas para coordinar las labores de búsqueda, dirigidos por la Policía Nacional.
Más de un centenar de agentes de la Guardia Civil, los grupos de rescate en altura (Gera), Protección Civil, Bomberos y Policía Local participan en el operativo de búsqueda, con el apoyo de cinco perros y tres helicópteros.
Un centenar de voluntarios han acudido tras el llamamiento policial a la colaboración para inspeccionar la zona.
Es el caso de Miguel, de Fuenlabrada (Madrid), quien ha asegurado que están "impactados" por la noticia, aunque no conocía personalmente a Blanca.
Otro grupo ha acudido desde Arroyomolinos (Madrid) para echar una mano: "Ojalá hoy haya suerte" afirmaba uno de estos voluntarios, que conoce bien la zona, y expresaba su preocupación porque "hay una zona muy escarpada, difícil, en Siete Picos".