Donostia - Aproximadamente 50 personas se juntaron ayer en el puerto de Pasai Donibane para mostrar su apoyo a la asociación Salvamento Marítimo Humanitario y la tripulación del barco de salvamento Aita Mari. El evento fue organizado por el grupo azkoitiarra Esku Bidez y las parroquias de Pasai Antxo, Pasai Donibane, Deba y Azkoitia. En el acto, Félix Azurmendi, el párroco de Azkoitia, y Arantxa Huarte, miembro de Cáritas, hicieron público un manifiesto, ante la realidad de las personas migrantes. “En lo que va de año son 598 las personas fallecidas en el Mediterráneo, personas que podían haber sido rescatadas”, denunciaron. “No queremos ser cómplices de la inhumanidad que están llevando a cabo los gobiernos de Italia y el Estado Español, prohibiendo rescatar seres humanos en riesgo de perder la vida en el mar”, señalaron.

El barco pesquero convertido en buque humanitario llegó a isla griega de Lesbos el pasado abril, tras emprender el viaje desde Palma, después de lograr el permiso definitivo de la Autoridad Máxima Española. Aita Mari estuvo bloqueado durante tres meses y tuvo que enfrentar numerosas trabas burocráticas. De hecho, aunque el barco se encuentra en buen estado para salvar vidas, solo tienen permiso para ofrecer ayuda humanitaria, y no para brindar labores de salvamento.

El buque se encuentra ahora en Pasai Donibane porque necesitaba ser reparado y en Grecia no encontraron ningún taller en el que les garantizaran ayudarles.

El gesto de solidaridad de Pasai Donibane coincidió en día y hora con la reunión del Papa Francisco en la Basílica de San Pedro de Vaticano con un grupo de unas 250 personas inmigrantes, refugiados y aquellos que se han comprometido para salvar vidas. - Sara Ibarguren