VALLADOLID. La sentencia de conformidad alcanzada ha evitado la celebración del juicio previsto en el Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid, si bien la comparecencia del encausado se ha desarrollado en medio de un gran despliegue de medios de comunicación, circunstancia que ha motivado el enfado de Samuel, que incluso se mostraba remiso a entrar en sala.

Finalmente, el joven, que vestía ropa deportiva y gorra, ha accedido a la sala de vistas aunque con la cremallera de su cazadora roja subida hasta arriba y ocultando incluso su cabeza dentro de la prenda.

El encausado, por su propia conformidad, ha aceptado una condena de dos años de prisión por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y casa habitada, con las atenuantes de reparación del daño--ha consignado antes del juicio 400 euros por el valor de las bragas--y alteración psíquica por consumo de drogas.

Además, y como medida de seguridad, las partes han incluido la prohibición del condenado de aproximarse a la vivienda de la víctima a menos de 200 metros.

La pena privativa de libertad, sin embargo, queda en suspenso por espacio de tres años, debido a que Samuel carece de antecedentes penales, con lo que no tendrá que entrar en prisión.

Durante la comparecencia, el juez, en un momento dado, ha tenido que pedir a Samuel que se bajara la cremallera de la cazadora y asomara la cabeza para, al menos, dar el sí definitivo al acuerdo alcanzado con el fiscal del caso.

Tras acceder a la petición del magistrado, el joven, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha advertido de que su casa puede encontrarse a menos de la distancia de seguridad acordada respecto de la de la afectada, algo que el juez ha prometido estudiar por si hubiera que rebajar los metros, y también para dejar bien claro que no tiene ninguna vinculación afectiva con la titular de los tangas.

"Quiero aclarar que no conocía a la persona a la que he hecho daño", se ha limitado a precisar el joven peñafielense.

"ILICITO BENEFICIO PATRIMONIAL"

Los hechos objetos de la presente causa se remontan a la madrugada de los días 3, 7 y 10 de septiembre de 2018, fechas en las que el ya condenado, "con la intención de obtener un inmediato e ilícito beneficio patrimonial", se dirigió a una vivienda situada en Peñafiel y, tras saltar el muro perimetral de ladrillo y una verja de una altura de 1,75 metros que rodea la casa, accedió al interior de la misma.

Una vez en la parcela, subió las escaleras que dan acceso a la primera planta desde el patio-jardín, entró en el balcón donde se hallaba el tendero y se apoderó en cada uno de los tres días de un tanguita perteneciente a la hija de la propietaria.

No ha trascendido el motivo que llevó al acusado a buscar su botín en el tendedero de la casa, en lugar de apoderarse de otros efectos mucho más lucrativos, pero sí que la plena identificación de Samuel como autor del ilícito se produjo gracias a las cámaras de seguridad de la vivienda en las que se le ve hacerse con las prendas íntimas de su vecina.