Bilbao - Golpe demoledor en Fort Lauderdale, donde los ánimos se derrumbaron y el veredicto cayó como un mazazo. Cándido Ibar, el padre, quien en el momento de la lectura de la sentencia se cubrió el rostro con las manos, se dirigió a los medios para señalar que el veredicto de culpabilidad “no se puede explicar, ni entender”. “Esto no me lo esperaba. Juicio nulo sí, pero esto no. ¡Guilty! (¡Culpable!)...”, exclamó. En Cándido, que lleva 24 años luchando incansable por sacar a su hijo de entre rejas, las fuerzas se nota que escasean. “Yo no estoy ya para nada”, decía a la salida este pelotari vasco que llegó a hacer las Américas en los frontones.

Visiblemente afectado, Cándido Ibar afirmó que “no hay palabras” y que lo ocurrido “no es aceptable”, aunque lo tienen que “aceptar”. “No se puede entender que hayan fallado por unanimidad. Que hubiera un juicio nulo por disconformidad de algún integrante, bueno, pero ¿culpable? No lo puedo entender”, se derrumbó.

El portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, Andrés Krakenberger, que lleva años dejándose la piel en esta causa, también se vino abajo. Sin embargo, no se mostró dispuesto a tirar la toalla y afirmó que la asociación seguirá “batallando” para procurar a Ibar, “en la medida de lo posible, la mejor defensa letrada que se pueda conseguir”. A partir de ahora estudiarán “con tiempo y tranquilidad” los pasos a seguir, una vez que se determine si la condena es de pena de muerte o de cadena perpetua, en función de la cual los recursos se deben presentar a distintas instancias judiciales, según ha explicado Krakenberger.

Krakenberger destacó que a lo largo del juicio la defensa pudo demostrar que varios testigos “habían mentido”, que algunos “habían cobrado” e incluso “demostrar con peritos incluso de la propia Fiscalía que no se podía identificar a Pablo a través de ese vídeo borroso” que sirvió de prueba. Además, indicó que también certificaron que las manchas de ADN a las que se alude se produjeron “con unas pruebas que no han sido custodiadas debidamente”. “Son muchas cosas con las que yo creo que desde luego podemos recurrir”.

Krakenberger reconoció que “francamente” no saben “qué ha pasado en ese jurado” pero su impresión es que se dejaron llevar por el último llamamiento “totalmente inaceptable” del fiscal que les pidió “no dejar escapar a este asesino”. Según indicó, con esas palabras, el fiscal hizo “una calificación que no le correspondía” y, por ello, pidieron en ese momento la anulación del juicio pero el juez no atendió su petición, “otra cosa más que llama poderosamente la atención del juez”.

incredulidad Por su parte, los senadores que acudieron al juicio mostraron su incredulidad por el fallo en contra. La senadora Rosa Vindel, miembro de la delegación parlamentaria española que acompañó a Ibar en su último juicio el año pasado, también subrayó la necesidad de volver a “dar la batalla”. En declaraciones a Europa Press, Vindel admitió que el preso vuelve a la “casilla cero”. La senadora explicó que en la vista oral el pasado septiembre, a cuyo arranque asistieron los parlamentarios españoles, el fiscal admitió que no había ninguna prueba nueva de las presentadas hace 20 años y que el Tribunal Supremo de Florida “había declarado escasas y débiles, textualmente”.

También el diputado Francisco Molinero, que asistió al inicio de la fase oral del nuevo juicio de Pablo Ibar, calificó de “sorprendente” el veredicto. “Condenarlo a muerte va a ser un mazazo terrible, el sistema penitenciario estadounidense es terrible, Ibar solo sale al patio dos horas a la semana, y luego tiene una visita a la semana de cinco o seis horas, pero sin contacto. Es brutal, me parece inhumano, y máxime llevando a sus espaldas 26 años en la cárcel”, sentenció.