madrid - El parón en la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) potencia el papel de los depósitos individualizados, una solución provisional para solventar el problema de almacenamiento de residuos de alta actividad en las centrales nucleares que, al 90% de ocupación, rozan la saturación.
Estos Almacenes Temporales Individualizados (ATIs) fueron un remedio provisional aportado por Enresa (empresa pública encargada de la gestión de los residuos radiactivos), a la espera del cumplimiento del dictamen del Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) de 2006, que contemplaba la existencia de un ATC en 2010.
Pero en la actualidad, el futuro del ATC -Villar de Cañas (Cuenca)- no tiene visos de construcción inmediata tras la decisión tomada la pasada semana por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), por la cual se supedita la ejecución del mismo a partir de 2019, cuando se acometa la actualización del PGRR.
En la actualidad, el número de elementos combustibles almacenados en las nucleares españolas es de 15.362, de los que 13.897 se encuentran en las piscinas de las centrales. Otros 1.465 elementos radiactivos de alta actividad están en almacenes individualizados, con un gasto, que sólo entre 2010 y 2016 ascendió a 1.326 millones de euros, según datos del Foro Nuclear, que además señala que el coste subirá a los 1.525 millones, en el periodo 2018-2021.
La producción eléctrica con fuentes libres de emisiones de CO2 fue de un 55% en 2017, contribuyendo la nuclear con casi el 40% de la misma, y la aportación al “mix eléctrico” de esta energía fue del 21,17%.
saturación Las piscinas de las nucleares (grandes tanques de refrigeración del combustible atómico) sufren diverso grado de saturación, con una oscilación entre el 97% en Ascó I y el 84% en Vandellós II ambas en Tarragona).
De todas ellas, sólo dos centrales operativas, Trillo (Guadalajara) y Ascó, y una en desmantelamiento, José Cabrera (Guadalajara), cuentan con ATIs en sus instalaciones, mientras que el ATI de Cofrentes (Valencia) sigue a la espera de que salga a información pública el proyecto.
El ATI de la planta de Almaraz (Cáceres), instalación en la que se han invertido 24 millones de euros, ya está operativo, por lo que albergará antes de noviembre, según previsiones de la propia central, las primeras 32 elementos de combustible gastado.
Con datos de 2017, la central de Trillo tiene un almacén individualizado con 32 contenedores y 672 elementos combustibles, que en total suman una ocupación del 40%, mientras que la central de Ascó tiene 6 contenedores con 192 elementos de la unidad I y 7 contenedores con 224 elementos de la unidad II.