Donostia - Cita Alzheimer tiene previsto lanzar, a partir del mes de septiembre, una nueva campaña de captación de voluntarios para el desarrollo del estudio EPAD (Estudio Europeo de Prevención de la Demencia de la enfermedad de Alzheimer), que se ejecuta a nivel europeo. Serán, al menos, unos 600 en Euskadi y 6.000 en toda Europa.
El director científico de Cita Alzheimer, Pablo Martínez Lage, explica que este estudio tiene “dos objetivos y dos fases”. La primera fase se centrará en reclutar a las personas participantes que “no tienen síntomas de deterioro cognitivo o con síntomas incipientes”, en este caso bajando la barrera de edad hasta los 50 años.
Se estudiará en ellos “la fase de la enfermedad de Alzheimer preclínica”, para lo que se deberá de llevar a cabo “una evaluación muy completa, que incluiría la punción lumbar”, pruebas para cuya ejecución los participantes en esta investigación deberán dar su visto bueno.
Posteriormente, se hará un seguimiento de su evolución durante dos años. “Se pretende que en la muestra de 6.000 personas elegida a nivel europeo esté representada toda la gama de posibilidades de desarrollar síntomas de la enfermedad a futuro”, explica Martínez Lage. Porque no todas las personas que tienen “marcadores positivos” en las “proteínas malas” acaban desarrollando la enfermedad y hay algunos factores que se asocian a “más posibilidades de desarrollar los síntomas”, desde algunas respuestas a determinadas pruebas hasta cierta “peculiaridad genética”.
Pese a todo, Martínez Lage quiere dejar claro que “el 99% de los casos de Alzheimer no son genéticos”, excepción hecha de “algunas formas concretas y muy raras”. Ello no obsta para que “en una familia pueda existir cierta predisposición, pero eso es una cosa distinta”.
La experiencia EPAD prevé que, pasados los dos años de proceso de evaluación, se realicen “ensayos clínicos con medicamentos experimentales que se piensa que podrían ser eficaces a la hora de prevenir la aparición de síntomas”. Para ello, añade, se procederá a seleccionar a las personas con más probabilidades de desarrollar síntomas o a las que ya los tienen para invitarles a participar en ensayos clínicos dirigidos a probar dichos medicamentos, aunque “todavía no se sabe qué fármacos serán” ya que durante ese tiempo también se trabajará en la selección “de las moléculas” que más éxito puedan tener.
Las personas que entren en el estudio, además de estar dispuestas a realizarse la evaluación completa, tienen que mostrar “cierto compromiso” a formar parte de dicho en sayo clínico.
“Quienes participen en el EPAD deben de saber que si algún día son invitados a tomar parte en el estudio se les va a dar a conocer si tienen biomarcadores positivos o no, si tienen enfermedad preclínica o no y ese es un tema un poco delicado”. Dicha información, en todo caso, se les ofrecerá tras asesorarles de su significado.
Y es que en las anteriores experiencias, como es el caso del estudio Gipuzkoa Alzheimer, se había dado la oportunidad de saber o no esos resultados, porque así se firmaba en el consentimiento. El reclutamiento de las personas que participarán en el estudio EPAD comenzará contactando con aquellas que tomaron parte en las experiencias Gipuzkoa Alzheimer y Deba, proceso que ya se ha iniciado.
Pero la selección no quedará ahí y se abrirá el abanico, depurando los candidatos para tratar de evitar que “entren muchas personas normales, normales”. Se priorizará las que presenten más “carga familiar”, que hayan comenzado con los primeros síntomas.
Para Cita Alzheimer, haber sido elegida para tomar parte en este proyecto supone, en palabras de Martínez Lage, “la culminación de un trabajo de ocho años” y que Europa reconozca que la selección de personas realizada es “de mucho valor para estudios de prevención”.
La incidencia baja un poco Los estudios de prevalencia del Alzheimer ofrecen datos similares en todo el mundo: un 8% de incidencia en las personas mayores de 65 años. Lo que se está observando, en los últimos años (comparando las personas mayores de la década de los 80 con las del siglo XXI), es que “la incidencia está bajando un poco” porque “las personas que se han hecho mayores en los años 2000 han recibido más educación y mejor cuidado de la salud en general”. Pero que la incidencia descienda “no quita para que el número de enfermos vaya a aumentar”, ya que el número de personas mayores de 65 años se va a doblar en dos o tres décadas.
Pero siendo el Alzheimer una enfermedad que preocupa, y mucho, Martínez Lage quiere aclarar qué síntomas pueden “preocupar” y cuáles no. “No nos debe de preocupar dejarnos las llaves al salir de casa, ir a la cocina y no acordarnos para qué o que no te venga a la lengua el nombre de un actor”, explica Martínez Lage. “Estos síntomas responden más al estrés o al tipo de vida que llevamos”.
Más preocupante es “preguntar o contar algo muchas veces, tener problemas para recordar cosas muy recientes.”, añade. Si este tipo de problemas “siguen empeorando poco a poco, llaman la atención a las personas de alrededor y si este fallo de memoria empieza a ir acompañado de algo de dificultad al expresarse o a cambios de carácter, hay que ir al médico”.