Vitoria - No son muchas las veces en las que Euskadi tiene la oportunidad de sentarse en una mesa ante dirigentes de todo el planeta y, menos aún, en las que puede compartir su experiencia en materias en las que Euskadi es punta de lanza por programas pioneros. La directora de Acción Exterior del Gobierno Vasco explica por qué Euskadi va abriendo camino en un proyecto suscrito por 193 países.

¿Qué supone para Euskadi estar en un foro de la ONU?

-Por una parte hay un componente de reconocimiento de forma general al rol de las regiones y de los entes locales en la puesta en marcha de la Agenda 2030. Por eso ha habido foros específicos en los que gobiernos no estatales han podido hablar. Y, específicamente, un reconocimiento para Euskadi, porque para ser invitados a participar como ponentes se ha tomado en consideración el trabajo que hemos hecho hasta ahora y el hecho de que dispongamos una agenda concreta y tangible. Por lo tanto, es un reconocimiento de que hay un compromiso y una realidad tangible que se puede demostrar.

¿Cuál debe ser el papel de Euskadi en la búsqueda del desarrollo sostenible?

-Tiene que ser un papel significativo, porque, y lo venimos repitiendo en los distintos foros y así lo repetíamos en Naciones Unidas, basta echar un vistazo a los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para darse cuenta de que abordan materias que tienen que ver con nuestras competencias. Luego, si se pretende impulsar desde lo público políticas que propicien cambios en esas materias, lógicamente se tendrá que contar con quienes contamos con la competencia en esas materias específicas y concretas.

¿Con qué conclusiones ha vuelto de Nueva York en cuanto a la posición de Euskadi en esta materia?

-Podemos decir sin falsa modestia que vamos en el vagón de cabeza, porque compartimos con muchas de las autoridades presentes el compromiso con la Agenda 2030. Pero, sobre todo, porque hemos dado un paso más allá del compromiso y ya hemos hecho pública una agenda concreta que contiene medidas. Concretamente, la agenda del Gobierno Vasco contiene 93 compromisos específicos relacionados con los diecisiete ODS, apunta a ochenta instrumentos de planificación, que ya están todos aprobados y están siendo puestos en marcha, y que contienen distintos programas, distintas herramientas y distintas iniciativas para que esos compromisos se transformen en realidades tangibles. Anunciamos diecinueve iniciativas legislativas que debiéramos aprobar en esta legislatura y que también tienen que ver con esos diecisiete objetivos. Y hacemos públicos cincuenta indicadores cuya evolución vamos a ir siguiendo y haciendo pública de aquí a final de la legislatura para que podamos, de manera transparente, conocer los progresos que podamos ir haciendo en ese camino o las dificultades que nos vayamos encontrando.

¿Los diecisiete objetivos marcados son alcanzables o son utópicos?

-La verdad es que la Agenda 2030 no deja de tener una cierta parte de utopía en el sentido de que busca avanzar y dar pasos hacia un bien común. En ese sentido hay una parte de utopía, pero a la vez está anclada en la realidad, porque el punto de partida es una agenda mundial a la que muchísimos países se han adherido. Es manifiesto que la situación de partida en cada una de las sociedades es diferente. No es lo mismo trabajar en el ámbito de la salud en una sociedad como la nuestra, en la que el acceso universal a la salud está garantizado, y la situación no es la misma que en países en los que, desgraciadamente, esa situación no se produce. Pero, sin embargo, en nuestra sociedad podemos hacer cosas para mejorar en ese sentido. Hay un punto utópico que finalmente termina trayéndose al terreno diciendo que cada quien tiene que territorializar la Agenda 2030, es decir, adaptar esos objetivos, aplicarlos en una realidad concreta y trazar, a partir de ahí, el camino más adecuado de acuerdo con la realidad en la sociedad en la que se aplica. Por lo tanto, habrá un camino de mejora que tengamos que hacer en la sociedad vasca en nuestra relación con otros. Y ese camino es posible.

¿Cómo plasma el Gobierno Vasco su compromiso con la Agenda 2030 en los presupuestos?

-Ese es un ejercicio en el que en este mismo momento estamos trabajando. Por una parte, nuestra Agenda 2030 que aprobamos en abril no es un añadido al presupuesto o al programa de gobierno. De ser así, nos quedaríamos cortos. Si nos fijamos en los compromisos que constan en la Agenda 2030, son una parte sustancial del programa que el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en esta legislatura. Es la contribución que vamos a hacer. Y ahora estamos en el ejercicio de, precisamente, identificar cuáles son las partidas presupuestarias con las que contamos que están más fuertemente vinculadas con la Agenda 2030 o que hacen una mayor contribución a esos diecisiete objetivos de desarrollo sostenible. Ese es el ejercicio en el que estamos ahora porque, curiosamente, estamos andando en un proceso en construcción. Hemos creado una agenda, estamos empezando a implementarla y estamos haciendo camino al andar con muy pocas referencias de las que poder aprender y beber. Hay pocas agendas aprobadas siendo implementadas y vamos aprendiendo sobre la marcha. Estamos trabajando con el equipo del Departamento de Hacienda para tratar de dar un adecuado reflejo de lo que supone en términos presupuestarios esa agenda. Trataremos de identificar otras realidades, otros gobiernos que ya hayan realizado un ejercicio similar, para tratar de trabajar con criterios equiparables o comparables, pero es cierto que no hay excesivas experiencias, por lo que estamos haciendo camino.

¿Cómo se involucran otras instituciones públicas vascas?

-En la Comisión Interinstitucional de Acción Exterior dimos cuenta del trabajo que estamos haciendo en torno a la Agenda 2030 y planteamos una invitación a las diputaciones, a las tres capitales de la CAV y a Eudel para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, se unieran haciendo un ejercicio similar al que habíamos hecho en el Gobierno y pudiéramos, dentro de casa, plantear una agenda realmente de país y con ese esquema de gobernanza multinivel. En un primer momento la respuesta que hemos recibido ha sido positiva y estamos en conversaciones e intentando acompañarles en ese proceso desde la experiencia que tenemos en el Gobierno. Confío en que dentro de no demasiado tiempo podamos ver cómo se va desplegando la Agenda también en los territorios históricos y a nivel municipal en Euskadi.

¿Cómo pueden concienciar e involucrar a la población?

-La Agenda 2030 tiene un componente en el que estamos interpelados los gobiernos y las administraciones públicas, pero no solo afecta al Gobierno. La sociedad tiene un papel importante que desempeñar en la puesta en marcha de Agenda 2030. Tenemos la suerte de tener en Euskadi una sociedad civil organizada que se implica, que está concienciada en temas como la sostenibilidad y comprometida con la solidaridad. Por lo tanto, contamos con mimbres como para hacer un trabajo compartido entre el Gobierno y lo público-privado acompañado por la sociedad civil. De hecho, hemos tenido ya algunos encuentros con algunos representantes del ámbito académico, del ámbito del tercer sector, del mundo de la cooperación y del mundo empresarial que se acercan, unos queriendo profundizar en el contenido de la Agenda 2030 y otros porque ya están intentando también, en el seno de sus propias organizaciones, llevar a cabo actividades vinculadas a la Agenda 2030. Esto es un esfuerzo que debiera ser colectivo y creo que no conseguiremos avanzar sustancialmente en esos diecisiete ODS solos, como ninguna de las políticas públicas que ponemos en marcha normalmente, sin ese partenariado publico privado y esa participación de distintos agentes.

¿La semilla del desarrollo sostenible ha de plantarse en el sistema educativo?

-Sin duda. La educación es un elemento primordial. Ser conscientes de que el mundo no se acaba en uno mismo y en nuestros propios intereses. El punto de partida es la educación y, en ese sentido, cada vez más se van dando pasos en el sistema educativo y vemos colaboraciones entre el mundo de la educación con el de los Derechos Humanos, con el de la cooperación, con el del medio ambiente? Vemos cómo se van introduciendo esos conceptos en la educación de nuestros jóvenes. Hay que concienciarse en dejar a las generaciones venideras un futuro cuanto menos prometedor y esperanzador.

¿Cómo va a evaluar el Gobierno Vasco el cumplimiento de sus compromisos con la Agenda 2030?

-Tenemos la intención de dar cuenta anualmente de cuál es el grado de implementación de la Agenda 2030 en los doce meses anteriores y de las acciones que se van poniendo en marcha en cada uno de los diecisiete ODS y de cuál es la evolución, positiva o negativa, de los cincuenta indicadores que forman parte de esa agenda.

¿En qué áreas Euskadi está más lejos del objetivo?

-Tenemos que andar en todas las áreas en paralelo y la propia filosofía de la Agenda 2030 dice que, al final, los diecisiete ODS están interconectados. Para conseguir avanzar en un objetivo medioambiental, a la vez tienes que plantear cómo es tu modelo productivo, eso te lleva a plantearte las condiciones de empleo, te lleva a plantearte la formación? Es curioso ver que al comienzo de la legislatura dimos cuenta de los quince grandes objetivos de país que nos hemos fijado y de los quince planes estratégicos que a día de hoy están aprobados. Si vemos esos quince planes, están perfectamente agrupados en torno a las grandes cinco pes que sustentan los ODS: personas, planeta, partenariado, paz y prosperidad.

¿Cómo puede ayudar el ciudadano?

-La Agenda 2030 nos interpela a todos. Cada cual tiene que plantearse en sus propios hábitos de consumo o en su entorno de trabajo si puede cambiar la manera en que vive y se comporta para que también pueda contribuir al desarrollo sostenible. Para poder hacerlo es necesario un conocimiento de lo que la Agenda 2030 dice y se propone. Estamos trabajando en esa labor.