Gasteiz - En realidad, todos los productos de origen animal de cualquier explotación vasca ya están sujetos a una legislación de mínimos que vela por el bienestar de vacas, gallinas, corderos,... Este curso, sin ir más lejos, se cumplen 25 años del label de pollo de caserío que nació con un reglamento pionero en el que ya se apostaba por un modo de criar los animales que busca la calidad y el bienestar. Ahora, los productos Eusko Label se han propuesto seguir avanzando en este modelo de calidad, cercanía y sostenibilidad, y para ello han incorporado un método que demuestre objetivamente el cumplimiento de distintos criterios de bienestar animal.

Para ello, se trabaja ya desde Hazi en colaboración con Neiker-Tecnalia, en una certificación que complementaría al sello de calidad y origen Eusko Label. “Lo que hemos hecho ha sido trabajar con Neiker, organismo científico que lo certifica para otros productores del Estado y del extranjero. Un sello extra que verifica que además de ser de aquí y de calidad, ha sido producido cuidando de los animales”, describía ayer Josu Garaialde, director de Promoción de Hazi, Fundación dependiente del Gobierno Vasco que trabaja para impulsar la competitividad y la sostenibilidad del sector primario, alimentario y del medio rural y litoral.

Lo que busca este plus a los productos de origen animal “es demostrar el compromiso de nuestros baserritarras con los animales que hay en su caserío”, apostillaba en declaraciones a DNA. Y es que, tal y como coinciden las voces expertas en el mundo agro, las explotaciones vascas son pequeñas en comparación con las europeas. Esto, que podría parecer un inconveniente, es una ventaja en materia de calidad y de bienestar animal porque, a juicio de Garaialde, “esto hace que el baserritarra tenga una relación con sus animales, que son algo más que un medio de producción”.

El certificado en el que trabajan incluirá todo el ciclo de vida del animal: producción, transporte y llegada al matadero. En cada una de las salas de despiece existentes en la CAV (4 para especies mayores, 2 de aves y 1 de conejos) hay un veterinario -funcionario de carrera- que se encarga de garantizar las condiciones del animal desde que entran en las cuadras, durante y después del proceso. La certificación verificará el estado de salubridad de los animales, si tienen acceso a comida y bebida suficientes, si existen unas instalaciones adecuadas en cuanto a temperatura, humedad, camas, cubiertas, protección para el frío y el calor, zonas de sombras.... “Y también si tienen capacidad para desarrollar sus capacidades etológicas innatas; es decir, su forma de relacionarse con otros animales de su misma especie y si las instalaciones lo permiten”, ilustraba Garaialde.

La intención de la Fundación Hazi es que esta certificación de bienestar animal sea complementaria y se haga al mismo tiempo que se cursa la del label. “Y que nos valga para llegar a mercados donde por ejemplo no se conozca el sello Eusko Label y podamos decir que además de calidad y origen, el producto te garantiza unos estándares de bienestar animal extraordinarios. Es seguir mejorando para diferenciarnos”, subrayaba Garaialde. En palabras de Bittor Oroz, viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, este proyecto pretende “ofrecer más garantías a los consumidores” y dar más valor a los productos amparados bajo el sello de calidad Eusko Label.