PEKÍN. Xuecheng, cuyo nombre de nacimiento es Fu Ruilin, ha sido denunciado por dos monjas del templo de Longquan, uno de los más conocidos de Pekín, donde según un informe enviado por éstas a las autoridades forzó a varias acólitas a mantener relaciones sexuales con él.

Las denunciantes, Si Xianjia y Shia Xianqi, también aseguraron que envió "mensajes ilícitos" a algunas monjas e intentó manipularlas.

Xuecheng preside la Asociación Budista de China, es miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (similar una cámara alta en las democracias occidentales) y es abad de los templos de Longquan, Famen y Guanghua.

Según los detalles del informe, Xuecheng envió mensajes al menos a seis monjas del templo pequinés con textos amenazantes en los que les pedía que mantuvieran relaciones sexuales -como parte de un estudio de técnicas de control de la mente, señala el documento- y al menos cuatro de ellas cedieron a su petición.

"El templo de Longquan está dominado por su hechizo, y Xuecheng las manipuló para que sirvieran a su 'imperio budista', en el que sus discípulas sacrificaron las doctrinas y violaron la ley", subraya el documento.

Xuecheng, de 51 años, acusó a las dos denunciantes de distorsionar los hechos y diseminar falsa información, aunque ha abierto la puerta a que las autoridades investiguen el caso, en un comunicado también firmado por otros miembros de la dirección del templo.

Fuentes relacionadas con el escándalo citadas por Global Times señalaron que el monje fue brevemente detenido e interrogado por las autoridades como parte de la investigación del caso, aunque se encuentra en libertad (este miércoles publicó imágenes en su microblog asistiendo a una ceremonia política).

Como parte del movimiento "Yo también" que desencadenaron escándalos como el caso Weinstein en EEUU, algunas mujeres chinas han denunciado en los últimos meses presuntos acosos sexuales de importantes figuras de este país, entre ellos académicos, periodistas, entrenadores deportivos o incluso líderes religiosos.