Bilbao - Con la llegada del buen tiempo se incrementa la incidencia de la conjuntivitis alérgica que ya afecta a casi el 25% de la población. Aunque es una de las patologías oculares más frecuentes de la superficie del ojo, es ahora cuando más crisis se producen debido a la polinización de gramíneas y olivos. “No es una enfermedad grave pero resulta muy molesta”, afirma Andoni Arias, oftalmólogo de la Clínica Baviera.

¿Hay un retrato robot de los pacientes?

-En un principio suele afectar más a los niños y a los adolescentes. Lo más típico es que llegue la primavera y haya gente que sufra una reacción de hipersensibilidad hacia algunos pólenes. Y se produce el lagrimeo, el escozor, a veces secreción mucosa y mucho disconfort en los ojos. Con el paso del tiempo, alguna gente hace alergias que son crónicas y son también las peores.

¿Afecta cualquier polen o hay algún tipo concreto que causa más este tipo de problema.

-En España se habla de la gramínea y del olivo. Aquí, en Euskadi parece que el abedul también afecta bastante.

No recomiendan automedicarse.

-Aquel que ya sabe que tiene una alergia no hace falta que cada vez que la sufre vaya al oftalmólogo y suele tener a mano su antihistamínico y sus lágrimas artificiales. Pero el consejo de no automedicarse es porque hay veces que usamos corticoides, que es un antiinflamatorio, que corta de raíz la inflamación. Y hay gente que puede abusar de ese corticoide y puede dar lugar a efectos secundarios no deseados como el aumento de la tensión ocular o si se usa durante mucho tiempo, puede producir cataratas.

Y ¿al que le pasa por primera vez?

-Lo primero es que se suele asustar mucho porque el blanco del ojo se hincha y hay un edema de la conjuntiva, el ojo está enrojecido, pica mucho y al arrascarse se hincha más todavía. El problema es que mucha gente es alérgica y no sabe a qué y es muy difícil determinar el causante de la alergia.

Pero hay conjuntivitis que se cronifican todo el año.

-Sí, son las que denominamos perennes. En esas, los desencadenantes suelen ser alérgenos como los ácaros del polvo, los pelos de las mascotas, o mohos que se desarrollan en viviendas con humedad. Las alergias primaverales estacionales son más sencillas porque suelen deberse a pólenes de gramíneas.

Los días de viento no ayudan.

-Es que el viento arrastra lo que pilla y hay más movilidad de esos pólenes. Ocurre igual cuando vas en el coche, que cuando empieza la polinización, hay que llevar las ventanillas hasta arriba y utilizar el climatizador con los filtros de partículas. Pero ¿qué vas a hacer? ¿quedarte en casa? Es imposible. Por eso ahora los alergólogos hacen también terapias de desensibilización que es, por ejemplo, lo mismo que hacen con la leche o con la proteína del huevo. Pero para eso hay que determinar primero a qué tipo de polen eres alérgico. Hay una especie de vacunas para los que están muy fastidiados.

¿Cuál es el tratamiento estándar?

-Lágrimas artificiales para eliminar el alérgeno. Un corticoide muy suave durante unos días y un antihistamínico, todo en colirio.

Entre las recomendaciones figuran cosas curiosas como no colgar la ropa en el exterior.

-Sí, eso es para que no vaya cogiendo las partículas de polen. Pero tampoco hay que marear a la gente. La población debe reconocer a qué es alérgico. Cuando tienes una conjuntivitis que se repite todos los años, lo normal es que te hagas unas pruebas de alergia para adoptar las medidas más adecuadas.

Las lentes de contacto no son recomendables.

-Normalmente el que es alérgico y tiene conjuntivitis, suele tolerar mal las lentillas. Porque detrás de las lentes de contacto puede depositarse el alérgeno y es más difícil eliminarlo. Lo ideal es que con la lágrima artificial intentes diluir el alergeno. Que te limpies bien el ojo por ejemplo con un suero fisiológico, por ejemplo. Y tener la lentilla significa que debes quitártela, lavarte bien el ojo, en fin... Es más incordio.