Iruñea - La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha confirmado recientemente una condena por un caso de acoso escolar en Tudela de una alumna de la ESO a otra y por el que se impone a la menor un total de 14 meses de libertad vigilada, además de tener prohibido acercarse a la otra joven durante año y medio y al pago de 10.000 euros como indemnización. En la sentencia se estipula que la madre de la menor es la responsable civil solidaria para el pago de esa cantidad por los daños morales causados a la víctima pero se trata de la primera sentencia en la que se contempla la condena al centro escolar, el colegio Jesuitas de Tudela, como responsable civil subsidiario debido a la falta de diligencia y a su inacción en el caso. Por ello, en caso de que se declare la insolvencia de la familia de la menor condenada, será el colegio el que efectúe el pago como resarcimiento. La acusación particular, que reclamaba 50.000 euros, retiró al final del juicio su petición de elevar esa responsabilidad a la consejería de Educación.

La sentencia ahora ratificada responde a los recursos presentados por la menor condenada y por el colegio contra una resolución anterior del Juzgado de Menores de Iruñea, fallo que se mantiene en el mismo sentido. Según los hechos probados, desde el curso escolar 2013-14 alumnos de dicho centro escolar venían “hostigando con distintos comportamientos y actuaciones, con insultos en persona y a través de redes sociales, a una menor a la que también solían dar empujones y la aislaban del resto de compañeros impidiendo que tuviera relación con nadie”. La situación continuó de igual manera al siguiente curso académico 2014-15. Ya en el curso 2015-16, la alumna víctima del acoso repitió curso y coincidió en el aula con la menor acusada, que a partir del mes de diciembre “comenzó a instigar al resto de compañeros de aquella. Esa actitud hostil se recrudeció a raíz de que la menor acusada pasara en un grupo de WhatsApp el enlace de un vídeo de la otra menor en la que se encontraba cantando”.

Insultos y amenazas Según la sentencia, la acusada pretendía que el resto del alumnado se mofara de ella cuando viera el vídeo, como así ocurrió”. Además, la denunciada insultaba habitualmente a su compañera de clase con expresiones tales como “puta asquerosa, muérete, mula de mierda, eres una fácil, una guarra” y otros insultos de ese estilo, haciendo que otros menores actuaran del mismo modo. También le solía recriminar la ropa que llevaba puesta, le obligaba a ponerse la sudadera porque no le gustaba, y cuando alguien se acercaba a ella la acusada trataba de impedírselo a fin de que estuviera siempre sola en el aula como en el patio; en ocasiones le sacaba la mochila de Educación Física de su casillero, la abría y empezaba a tirar toda su ropa al aire diciendo al resto de compañeros: “Cuidado, que el virus se contagia, y se reía y se metía con ella por alguna marca que tenía”. El 2 de mayo de 2016 la agresora abrió en el aula la mochila de la víctima y sacó un libro”; el día 12 de mayo de 2016, también en el aula, le dijo “muérete, no quiero ni que respires el mismo aire” y dirigiéndose al resto de la clase, espetó “¿os podéis creer que me ha puesto una denuncia por acoso? Hipócrita”, y la situación se mantuvo igual hasta que la víctima dejó de asistir al colegio.