vitoria - Los médicos vascos de Atención Primaria ya no pueden más. Una reunión celebrada el pasado jueves en el Colegio de Médicos de Bizkaia evidenció una de sus principales preocupaciones, la sobrecarga de trabajo, que les obliga a ver, en ocasiones, más de 40 pacientes al día. Desde esa primera línea de la sanidad pública, la reunión se convertió en un SOS con el fin de abrir un cauce de diálogo con Osakidetza para reflexionar sobre esta saturación y analizar las posibles salidas. “Nuestra queja es que, a priori, tenemos una agenda de trabajo, pero en esa agenda se va añadiendo la gente que demanda atención indemorable, es decir, aquellos que no pueden esperar. A esos se suman las llamadas telefónicas. Y empiezas con una agenda x pero no sabes con cuántos vas a acabar”, explica Lola Estraviz, médico de familia del centro de salud de Repélega, en Portugalete.

Los galenos vizcaínos han realizado un llamamiento a todos los facultivos vascos para que el día 24, en una próxima reunión, se pueda analizar esta gran carga asistencial que se ha vuelto un auténtico quebradero de cabeza para los médicos de familia. En un primer contacto con profesionales guipuzcoanos que expresaron este malestar, el Departamento de Salud les comunicó que cualquier tipo de negociación debía canalizarse a través de la vía sindical o a través de los colegios de médicos que eran los dos canales de intermediación.

“Lo que queremos es que se establezca una carga de trabajo más o menos concreta porque estamos agobiados, porque ves como los pacientes se te van acumulando en la sala de espera y tú no llegas”, argumenta Estraviz. “En la agenda de mi centro tenemos, en principio, 26 visitas espontáneas, que son las citas concertadas, más seis telefónicas, más tres o cuatro de carácter administrativo. Eso es lo que está planeado, pero luego acabamos con agendas de cuarentaytantos o cincuenta pacientes”, expone esta facultativa que, junto con otros compañeros vizcaínos, promovió la reunión del jueves para llevar a cabo una puesta en común de sus reivindicaciones.

El problema se agrava con la falta de sustitutos. “Así que cuando faltan compañeros, por ejemplo en periodos vacacionales -ya que puede coger vacaciones como máximo un 50% de la plantilla-, implica que los que se quedan asumen ese trabajo porque Primaria es la puerta de entrada de la sanidad y es el primer sitio al que la gente acude. Y todo lo que es agudo hay que darle salida”, resalta. “Y la persona que coge vacaciones, cuando regresa, tiene una acumulación de varios días de trabajo y su agenda está ocupada para toda una semana, con lo que lógicamente se te crean más indemorables”, protesta la doctora.

Que la Medicina Comunitaria y de Familia parece el patito feo del sistema sanitario por la sobrecarga de trabajo, no es nuevo. El pasado mes de octubre se constituyó en Gipuzkoa el movimiento Lehen Arreta Arnasberritzen que trabaja para “recuperar y reanimar la Atención Primaria”. Esta plataforma nació para reflexionar y debatir sobre la situación de la Atención Primaria con el fin de realizar propuestas constructivas para conseguir que este nivel asistencial sea más eficiente y devolver la dignidad a los profesionales. El movimiento -que reúne a unos 300 médicos de familia y pediatras sobre todo guipuzcoanos- quiere ahora hacerse extensivo a Bizkaia y Araba, con el fin de conseguir una Atención Primaria más potente.

Jubilaciones masivas En esta dirección giró la reunión del pasado jueves y avanzará también el encuentro que se celebrará el próximo día 24, con el tema de las jubilaciones como gran telón de fondo ya que la edad media de los médicos vascos supera los 50 años y parece evidente que falla el relevo generacional. “En mi centro de Repélega somos catorce. La primera se jubiló hace dos años, ahora ya hay tres jubilados y otra médico que le han dado una incapacidad absoluta y otra que se va a retirar en julio. Y los que estamos no somos precisamente jóvenes”, afirma Estraviz.

Los médicos aseguran ser conscientes de que Osakidetza trabaja para paliar este problema y que es un tema que no se resuelve de un día para otro, dado el gran volumen de jubilaciones previsto. Y es que los colegios de médicos del País Vasco ya han alertado del creciente envejecimiento de las plantillas médicas. De los oficios sanitarios, el de facultativos es el de mayor edad. Las cifras destacan que el 32% de los médicos están en la fase final de su vida laboral. En la CAV, alrededor de 4.400 facultativos cumplirán 65 años a lo largo de la próxima década frente a los poco más de 1.500 que se jubilaron entre 2006 y 2016.

A los múltiples retos y problemas a los que se enfrenta este nivel asistencial, se une la mencionada sobrecarga. Por ellos, los médicos vascos también han analizado las causas que generan este exceso de trabajo. “Quizá se deba a que se realizan más tareas administrativas, a que hemos asumido las tareas asistenciales junto a otras de tipo más burocrático. Por eso hay que estudiar cómo se puede organizar y planificar mejor el trabajo”.

Para solventar este tipo de problemáticas, desde la plataforma Lehen Arreta Arnasberritzen se plantean algunas medidas como la de equilibrar las plazas necesarias para garantizar la sustitución de los médicos que falten por vacaciones o formación.

Asimismo proponen poder reponer anualmente las bajas previstas, y aumentar el número de médicos de familia necesarios para ejercer dignamente la profesión y garantizar la calidad y seguridad que necesitan los pacientes, lo que requiere un tiempo mínimo de diez minutos para atenderles “porque cuando se te acumula tanta carga de trabajo tampoco puedes hacer las cosas bien”, sentencia Lola Estraviz.