Bilbao - La gala de los Premios Sabino Arana consiguió ayer mantener la sorpresa hasta el último momento, al tiempo que ponía un nudo en la garganta. Con un montaje a modo de grito colectivo Ez beti da Ez!, No es no! se reconocía la voz comprometida y activista de todos los grupos que lideran la lucha contra la violencia sexista. Mirari y Unai se erigían sobre el escenario en el rostro firme y resuelto de toda la sociedad vasca, cada vez más concienciada y comprometida con la erradicación de estas agresiones. Detrás de una cinta con la leyenda Frágil, una puesta en escena conmovedora, reflejaba el miedo, la voz angustiada y silenciada de las mujeres que sufren esta lacra.
La ceremonia se convirtió así en un símbolo de denuncia, solidaridad y compromiso. Un compromiso, tal y como señaló Juan María Atutxa “para hacer realidad uno de los principios básicos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; la igualdad entre hombres y mujeres. Porque no hay dignidad sin igualdad y no hay derechos humanos sin igualdad”.
Presididos por el lehendakari Urkullu, los Premios de Sabino Arana Fundazioa reconocieron el compromiso social, el talento y la trayectoria profesional de cinco galardonados; Koopera, el actor, director y dramaturgo Ramón Barea, la Asociación Gerediaga Elkartea, el pelotari Abel Barriola y Ez beti da Ez!
El violín de Ane Ibarra y el violonchelo de Nora López, que componen el dúo de cuerda Kresala, pusieron la banda sonora de una emotiva ceremonia con un denominador común, la llamada a la igualdad.
Premio a la cohesión social Abrió la entrega de galardones Koopera-Innovación Social y Ambiental. Su presidente, Oskar Pérez, y su director gerente, Javier Mariño, recibieron el premio en reconocimiento a su “decidida apuesta a favor de la inserción y promoción socio-laboral de personas en situación o riesgo de exclusión social y de la defensa del medio ambiente”. Ambos expresaron su agradecimiento a las miles de donaciones anónimas y a la colaboración de muchísimos voluntarios.
“Para nosotros es un honor entrar a formar parte de una lista de galardonados que en estas 29 ediciones han incluido a personalidades e instituciones de renombre internacional como las Abuelas de la Plaza de Mayo o Pedro Miguel Etxenike”. “Este reconocimiento viene a poner un broche final a un año, 2017, en el que hemos estado celebrando los 25 años que Koopera lleva trabajando a favor de una realidad social más igualitaria y además respetuosa con el medio ambiente”, recalcó Mariño.
interpréte por excelencia A continuación, el protagonismo recayó en Ramón Barea, uno de los máximos exponentes del cine y teatro vascos de las últimas cuatro décadas, premiado por su dilatada trayectoria profesional. En la difícil tarea de interpretarse a si mismo, reconoció ser un aitite con suerte -aludiendo a las palabras de su nieta: “Aitite te ha tocado un premio”-.
Barea aseguró que recibe el premio en nombre de “la primera generación profesional del teatro vasco”, que surgió en la década de los 70 del siglo pasado “en un desierto, donde solo había aficionados y recordó que los griegos crearon un arte a prueba de crisis. “¡Y mira tú lo que está durando!”, sentenció un dramaturgo que “lleva toda la vida mintiendo para poder decir la verdad”.
Activismo cultural El activismo cultural también tuvo un papel protagonista. Por parte de Gerediaga Elkartea, su presidenta, Nerea Mujika, recordó que son mucho más que la Durangoko Azoka, ya que esta asociación -nacida en 1965 y refugio de muchas iniciativa sociales- ha resultado decisiva en la investigación de la memoria histórica.
“Seguiremos trabajando en la protección del patrimonio, recuperación de la memoria histórica, promoviendo y patrocinando investigaciones y fortaleciendo la divulgación de la cultura vasca. Mirar al futuro es importante para que un pueblo avance, pero nos toca a todos y a todas mimar los pilares de nuestra identidad, no solo a pequeñas asociaciones como la nuestra”, recalcó.
Valores humanos El teatro Arriaga recibió con una ovación cerrada a un pelotari de 10, Abel Barriola, un deportista que despierta admiración y cariño. El ganador de las tres txapelas más importantes (manomanista, cuatro y medio, y parejas) dijo, por su parte, que la pelota es su “pasión y he tenido el privilegio de convertirla en mi forma de vida”. “Si nos hiciéramos plenamente conscientes de nuestro querido deporte en todas sus modalidades, nos daríamos cuenta de que, a través de este juego, estamos transmitiendo algo muy especial que todos y todas llevamos dentro”, indicó.
Destacó el papel de los frontones cuya función ha ido mucho más allá de presenciar grandes partidos de pelota. “Han sido desde siempre un punto de reunión y sobre todo de unión de tantos pueblos y sus gentes”. “Una vez oí decir que si el juego de la pelota lo hubieran inventado los anglosajones, el planeta entero estaría lleno de frontones. Lo único, que no sabríamos qué habría sido de Bilbao sin fútbol y sin su querido Athletic”, bromeó Barriola.
Y finalmente la medalla más esperada recayó sobre toda la sociedad vasca, la del activismo del Ez beti da Ez! que resuena en toda Euskalherria. La entrega de este premio estuvo precedida de un espectáculo musical con bailarines de la compañía Dantzaz y voces de las agrupaciones corales Euskeria y Haurren Korue, así como de la actuación de la actriz Mireia Gabilondo que reclamó “sí a la no discriminación, a la acción positiva y a la igualdad efectiva entre hombres y mujeres”. El galardón, recogido por Mirari y Unai, se depositará en Eudel como representante de los municipios vascos.