Bilbao - Con los cambios hormonales, las niñas empiezan a vivir en un cuerpo que no se ajusta a su edad emocional. ¿Qué problemas conlleva?

-Con el adolescente el cuerpo está presente siempre en estas edades la autoestima y el cuerpo están estrechamente ligados. Además un gran número de inhibiciones, fobias e inseguridades está asociado a complejos o defectos corporales. El cuerpo es un lenguaje de expresión muy importante. En las chicas se da un proceso de ajuste muy importante al nuevo cuerpo y a cómo funciona. Y sobre todo les resulta difícil gustarse si no se ajustan a las exigencias sociales.

¿Y qué pueden hacer los padres para ayudarles?

-Hablarlo con ellas desde la tranquilidad. Hay que empatizar con los adolescentes para que aprendan a llevarse bien con su propio cuerpo. Y deben huir de las comparaciones entre iguales, de cómo están sus amigas.

Si la ‘edad del pavo’ ya era difícil de sobrellevar con 14 o 15 años. ¿Qué pasa cuando la pubertad es tan precoz?

-Que la biología se anticipe a la edad cronológica puede conllevar mayor vulnerabilidad porque quizá se vean con un cuerpo que no se ajusta a su edad emocional ni a su desarrollo cognitivo. A veces esa pubertad precoz puede cursar con problemas de conducta porque ese desarrollo físico puede suponer que se relacionen con adolescentes más mayores y pueden entrar en dinámicas de comportamiento más arriesgadas.

La pubertad es una etapa de transición entre la infancia y la edad adulta. ¿Se puede producir una transición a los 9 años?

-Es que a esas edades tan tempranas no se va a producir una verdadera transición de una etapa a otra. Lo que sí inician es un proceso complejo con múltiples variables a nivel físico, emocional y cultural. Además, las dificultades de la adolescencia tienen también mucho que ver con las dificultades de la propia sociedad y con los estereotipos y roles que se les ofrecen. La adolescencia es una etapa difícil y hay que saber que los hijos no son perfectos, como tampoco lo son los padres. - C. Lago