Donostia - Un vecino del barrio errenteriarra de Beraun fue liberado el pasado día 11 de diciembre en Tarragona tras permanecer tres días secuestrado por una organización criminal francesa, que había exigido a su familia medio millón de euros a cambio de su vida. En el operativo conjunto entre la Ertzaintza y la Guardia Civil se detuvieron a cinco personas como integrantes de este grupo, que ya mantuvo retenido a este mismo hombre en 2012 en Francia. El motivo: una antigua deuda por tema de tráfico de drogas que ni siquiera era suya, sino de un familiar.

El secuestro fue de película. El pasado día 9 de diciembre, sobre las 20.00 horas, la víctima se disponía a salir de su domicilio, situado en el barrio de Beraun de Errenteria, cuando fue interceptado por sus cuatro captores, quienes le introdujeron a golpes y a punta de pistola en un vehículo, poniendo rumbo a Alicante.

Al día siguiente, un hermano de la víctima acudió a la comisaría de la Ertzaintza para presentar una denuncia, ya que los secuestradores habían contactado por teléfono con un segundo hermano, residente en Málaga, al que habían exigido un rescate de 500.000 euros como condición para no acabar con su vida.

El motivo, según explicó el jefe de la División de Investigación Criminal de la Ertzaintza, Hugo Prieto, en declaraciones a Eitb, era una antigua deuda por tráfico de drogas de un familiar de la víctima, ya que esta no tenía ninguna relación con el grupo criminal.

La operación culminó dos días después en Tarragona, donde se liberó al rehén y se arrestó a los cuatro captores, que viajaban hacia Francia, su lugar de residencia. Posteriormente, se detuvo a una quinta persona en Alicante, que habría participado dando cobijo a los secuestradores y ocultando a la víctima.

En 2012 el hombre fue secuestrado por la misma organización criminal. En aquella ocasión, la Gendarmería francesa, en colaboración con la Ertzaintza, lograron liberarlo en Toulouse, interviniendo dos fusiles de asalto, una pistola y un revólver.

Huida Desde el inicio, el caso fue encomendado dentro de la Ertzain-tza al Área de Delitos Contra las Personas de la División de Investigación Criminal. Al sospechar que los secuestradores habían salido del País Vasco, informaron a la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, y establecieron un equipo conjunto de investigación que logró ubicar a la víctima y a sus secuestradores en la ciudad de Alicante. Todas las actuaciones policiales fueron dirigidas por el Juzgado de Instrucción nº 4 de Donostia, en colaboración con el fiscal.

Durante el cautiverio, la organización criminal, formada por personas de entre 27 y 40 años, mantuvo numerosos contactos telefónicos con el hermano de la víctima para establecer las condiciones de la liberación. Sin embargo, debido al fracaso de las negociaciones entre los secuestradores y el hermano extorsionado, los criminales decidieron huir a Francia con el propósito de acabar con la vida de la víctima.

Con el objetivo de frustrar la huida y liberarlo, se estableció rápidamente un dispositivo policial compuesto por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, coordinado minuto a minuto por el Área de Delitos contra las Personas de la División de Investigación Criminal de la Er-tzaintza, que permitió localizar y controlar los movimientos de los secuestradores, que habían iniciado viaje con el rehén por la Autopista del Mediterráneo con destino final a Francia.

Los secuestradores viajaban en dos turismos con matrícula francesa, uno utilizado como lanzadera para detectar e informar de una eventual presencia policial y otro en el que viajaba custodiada la persona secuestrada. Los agentes liberaron al rehén y detuvieron a dos de los secuestradores la tarde del día 11 de diciembre en una estación de servicio de Arbós del Penedés (Tarragona). El vehículo lanzadera fue interceptado una hora después a tres kilómetros de la frontera franco-española de La Jonquera (Girona), gracias a la coordinación entre los dos cuerpos policiales y sus dos ocupantes fueron arrestados. En ese vehículo se intervino una pistola eléctrica o taser, camuflada bajo la apariencia de un teléfono móvil, además de diverso material relacionado con los hechos. Los autores se deshicieron de un arma de fuego en algún momento del viaje.Todos los detenidos, que fueron puestos a disposición de los juzgados de guardia de los lugares de arresto, ya han ingresado en prisión por orden judicial.

La víctima, que fue trasladada al centro de salud más próximo, presentaba evidentes lesiones producidas por los golpes recibidos en el momento de su secuestro, y se encontraba aturdida. Tres días después de la liberación, en la Sede Territorial de la Ertzaintza en Oiartzun, la víctima pudo reencontrarse con su familia. - DNA