Con la llegada del invierno se reducen las horas de luz y el frío obliga a encender la calefacción para mantener una temperatura agradable en los hogares, lo que se traduce en un mayor gasto energético y, por tanto, de dinero en las facturas. Pese a eso, según la fundación Gas Natural Fenosa el gasto energético puede reducirse hasta un 40% implementando diversas medidas destinadas a mejorar la vivienda, su equipamiento o, simplemente, cambiando las costumbres en el consumo.
El uso de los electrodomésticos, la iluminación y la calefacción son algunos de los principales ámbitos del hogar que representan un mayor potencial de ahorro energético aplicando medidas sencillas. Según el último Índice de Eficiencia Energética en los hogares, publicado por la fundación, los hogares pueden ahorrar una media del 27% en su factura del gas y la electricidad con cambios en sus usos y costumbres diarias como ajustar el termostato entre 19 y 21 grados durante al día y entre 15 y 17 por la noche o configurar la temperatura del frigorífico en el intervalo de 3ºC a 7ºC y el congelador a -18ºC. Además, para que este gasto sea aún menor se puede valorar la posibilidad de sustituir los electrodomésticos por otros más eficientes.
También es importante aprovechar cada uso de los electrodomésticos, llenando completamente la lavadora y el lavavajillas o apagando el ordenador y la televisión cuando no se estén utilizando. Otra medida interesante es comprobar que la potencia de luz contratada es adecuada a las necesidades de la vivienda.
Este porcentaje podría incrementarse hasta un 40% de ahorro energético con la implantación de medidas dirigidas a la rehabilitación de viviendas tales como el aislamiento de paredes y techos, la instalación de vidrios dobles, carpintería con rotura de puente térmico o la colocación de burletes en ventanas. También se pueden realizar reformas más sencillas y baratas como pueden ser la instalación de toldos o la colocación de alfombras, que actúan como aislante término.