La tasa de paro vuelve a subir entre los universitarios vascos a pesar del momento de recuperación económica iniciado en 2014. Así se desprende del Estudio de Incorporación a la Vida Laboral de los Titulados Universitarios que elabora cada año Lanbide y que demuestra también cómo han empeorado las condiciones de empleo de las y los egresados en cuanto a temporalidad y sueldo desde el inicio de la crisis. Según la encuesta realizada a finales de diciembre de 2016 entre más de 10.000 personas a los tres años de concluir sus estudios, la tasa de desempleo se situaba en el 17,6% un punto más que en 2015, el mejor año desde 2013, cuando el paro alcanzó el máximo histórico (23,1%).
En cualquier caso, el título universitario continúa siendo el salvoconducto más fiable a la hora de encontrar una colocación en Euskadi. No obstante a la universidad le pisa ya los talones la Formación Profesional (FP), que está experimentando una clara tendencia alcista con una tasa de paro del 21,5%, por un 17,6% de las personas de 16 a 34 años. El estudio de Lanbide pone de manifiesto la existencia de diferencias en la empleabilidad entre universidades debido a las especialidades que ofrecen las instituciones que integran el Sistema Universitario Vasco.
Las personas que salen con su título bajo el brazo de Mondragon Unibertsitatea -ligada a las empresas de la Corporación Mondragon- tienen la tasa de empleo más alta (82,8%). En la Universidad de Deusto la empleabilidad se coloca en el 77,3%, con la singularidad de que más de la mitad de quienes estaban trabajando tenían un contrato fijo. Y en tercer lugar se sitúa la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) con una tasa de empleabilidad del 72,8%, dos puntos por debajo de la media y diez puntos menos que Mondragon Unibertsitatea. Evidentemente, uno de los factores que explican esta brecha es el carácter generalista de la universidad pública, ya que oferta 68 grados con salidas laborales muy diversas. Y es que no es lo mismo cursar una carrera en la UPV/EHU del ámbito de la Salud (con una tasa de paro del 6%) que un grado en Humanidades (con una tasa de desempleo del 31%).
El estudio aclara que el incremento del paro está acompañado de una bajada en la tasa de actividad y empleo, ya que quienes finalizan sus estudios de grado son más propensos a realizar un máster frente a quienes salían con una licenciatura. Todos los campos del conocimiento sin excepción bajan sus tasas de actividad y empleo, siendo remarcable Humanidades con una disminución de 10 puntos respecto a 2015.
En cuando al empleo encajado, es decir, a ocupaciones que requieren una formación superior, el informe apunta a una pequeña mejoría respecto al año anterior; sin embargo desde 2009 se observa un deterioro en la calidad del empleo: 6 puntos menos en empleo encajado y 5 puntos en cuando a empleo relacionado con los estudios cursados. La sobrecualificación alcanza a una parte significativa de los nuevos titulados universitarios. Y es que los datos muestran que un 25% del total de la promoción 2012-2013 tiene un trabajo cuyas funciones no guarda relación con los estudios realizados.
El estudio advierte del incremento de la temporalidad ya que desde 2009 se aprecia una caída sustancial del porcentaje de contratos indefinidos. Las mujeres presentan sistemáticamente mayor eventualidad, si bien el colectivo masculino está sufriendo más el deterioro de este indicador con caídas desde 2009 de 19 puntos frente a los 16 que presentan las mujeres. De media (hombres y mujeres) los contratos indefinidos en el colectivo han pasado en este periodo del 52% al 35%.
La cuarta parte temporales Otro de los factores que indican un empeoramiento de la calidad del empleo ha sido el incremento significativo de las jornadas parciales. Así, en 2009 una décima parte de la promoción encuestada trabajaba a tiempo parcial mientras que en 2016 casi la cuarta parte de la promoción de 2013 presentaba este tipo de jornada. Este dato se mantiene estable desde el segundo semestre de 2013, cuando los datos macroeconómicos referidos al mercado de trabajo en Euskadi tocaron suelo. Un año más, las jóvenes presentan un mayor porcentaje de jornadas parciales. En diciembre de 2016 casi una de cada tres graduadas universitarias trabajaba a tiempo reducido.
También han bajado los sueldos. La última promoción encuestada cobra un 7% menos que en 2009, siguiendo la tendencia descendente desde el cuarto trimestre de 2013, momento a partir del cual comienza ligeramente a recuperarse, subiendo este año con respecto al anterior un 2,5%. Ellas, sistemáticamente, cobran entre un 5% y un 10% menos en jornada completa, aunque la brecha salarial entre sexos disminuye sustancialmente: ellos cobran de media 1.509 euros en 14 pagas y ellas, 1.429 euros.
Tanto en jornada completa como reducida, el campo de conocimiento de la Salud presenta el sueldo medio más elevado (1.712 euros/923 euros), un 16% y un 28% más que la media en cada una de las categorías. Los trabajos de las carreras experimentales muestra el suelo más bajo en ambos tipos de contrato (1.155 euros/728 euros) y además presenta un alto porcentaje de jornadas parciales (25%). Sociales y Humanidades presentan una parcialidad aún mayor, casi uno de cada dos egresados trabaja a jornada parcial. Las carreras técnicas, por contra, se desmarcan ligeramente por arriba y el resto de campos del conocimiento siguen la media.
De promedio pasan diez meses entre que se acaban los estudios y se encuentra el primer empleo. Los contactos personales -los típicos enchufes- siguen siendo la principal vía de acceso a un trabajo (16%). Las autocandidaturas y las web de búsqueda de empleo ocupan el segundo y tercer lugar como canal. El 8% de los y las egresadas que trabajan lograron su primer empleo gracias a las prácticas universitarias. Y para un 7% las becas y las prácticas extracurriculares fueron el medio para encontrar trabajo. Así, la titulación universitaria, la experiencia laboral y las prácticas son la clave del éxito en las entrevistas de trabajo. Solo un 7% atribuye el logro de su primer empleo a conocer idiomas y un 8% a sus características personales.
La gran mayoría de las personas de la promoción estudiada trabaja en Euskadi (78%), el 16% en empresas y entidades de otros puntos del Estado, y un 6% lo hace en el extranjero. La mayoría de los titulados expatriados desarrolla su carrera profesional en algún país de la Unión Europea en trabajos relacionados con carreras técnicas, experimentales y de Humanidades. La encuesta refleja que el 51% las personas ocupadas usa el euskera de forma usual en su trabajo y le sigue el inglés con un 40%. El francés y el alemán es usado de forma residual por un 5% y 2% de los jóvenes empleados.
Objetivo. Lanbide realizó una encuesta telefónica entre noviembre y diciembre de 2016 a 10.176 personas que obtuvieron el titulo universitario en 2013. El 75% eran de la UPV/EHU, el 6,7% de Mondragon Unibertsitatea y el 17,7% de la Universidad de Deusto. El objetivo de la encuesta era conocer su situación laboral tras tres años de concluir sus estudios, así como conocer el comportamiento de las diferentes titulaciones.
Conclusiones. El informe deja tres grandes titulares. En primer lugar sube levemente el paro pese a la recuperación económica y se sitúa en el 17,6%. Los contratos fijos han pasado del 52% en 2009 al 35%. Y se han disparado las jornadas parciales, en 2009 representaban la décima parte y en 2016 la cuarta parte.