Madrid - Los procesos abiertos (2.499 en 2016) y el número de sentencias condenatorias (975) sitúan a España a la cabeza de Europa en investigación de delitos relacionados con el medio ambiente, según explica en una entrevista con Efe el fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher. “Estamos progresando más que prácticamente la totalidad de Europa y el que diga lo contrario está equivocado, entre otras razones porque tenemos elementos comparativos”, como la Red Europea de Fiscales de Medio Ambiente y “otras redes sectoriales”, añade Vercher. No obstante, muchos procesos se dilatan en el tiempo, porque en en medio ambiente la investigación es muy compleja, “no hablamos del robo de 30 euros o del tráfico de una papelina, son temas de una complejidad extraordinaria”, subrayó.

Por eso, “aunque tengamos más medios, no es suficiente, y algún informe pericial puede durar hasta un año -se queja- pues no es lo mismo una prueba pericial caligráfica que una consistente en la extracción de agua en un polígono industrial para una analítica”.

En 2016 se llevaron a cabo 267 investigaciones más que el año anterior y se incrementaron en 50 las sentencias condenatorias; “no es que a mí me satisfaga ver gente condenada ni nada por el estilo, seríamos una versión moderna de la Inquisición”, ha aseverado el fiscal. “Personalmente veo este tipo de cifras como supuestos en los que se ha restablecido el orden alterado”, ha señalado Vercher, y “en la medida en que veamos más restablecimiento de ese orden, más sensatez y más lógica, no puedo más que alegrarme”.

más denuncias El fiscal aseguró que “sin duda, cada vez hay más denuncias porque también hay más aportación de datos” que involucran incluso a colectivos, agrícolas o ganaderos, por delitos como la extracción ilegal de agua, “extremadamente complicados, en los que se divisa la perspectiva neandertal” del ser humano. También en asuntos como los malos tratos a animales “se pone de manifiesto nuestra terquedad y nuestro neandertalismo, actitudes absolutamente prehistóricas que, además, están muy relacionadas con la violencia de género”, ha añadido.

Para Antonio Vercher, redactar cada año la memoria de la Fiscalía y comprobar “cómo hemos progresado” constituye el reconocimiento “más personal” de su carrera, donde se me siente “realmente satisfecho, porque, aunque sea algo coyuntural”, le transmite la idea de que “seguimos siendo útiles”. “Los mismos motivos que me empujaron entonces -en 2006- a ponerme al frente de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo son los que me animan a continuar”, asegura Vercher, quien reconoce que “los compañeros responden y cada vez hay más gente concienciada que lidera iniciativas personales enormemente provechosas”. No obstante, reclamó más recursos para la Fiscalía, porque “en medio ambiente los procesos son muy complejos y se pueden dilatar mucho en el tiempo”; el Código Penal “se aplica a todo el mundo y a tenor de la coyuntura de las circunstancias puede ser más fácil o más difícil”.

perfil incendiario Vercher se refirió a los delitos relacionados con incendios forestales, que “no son tan claros, aunque haya algún supuesto”, y la investigación “no podemos plantearla en una determinada línea”, aunque las pruebas periciales psiquiátricas están permitiendo crear “un perfil incendiario en España” y prevenir así futuros delitos de este tipo.

En total el año pasado se emprendieron un total de 486 investigaciones referidas a este tipo de delitos, el doble que en 2015. Aderesultaron implicadas 449 personas, 51 de ellas detenidas y 398 investigadas.

Aunque, en su opinión, “por muchas investigaciones e iniciativas que adoptemos, por muchas gestiones y muchos planteamientos nuevos que hagamos, si no se cambia de actitud no se llega a ningún sitio en materia de incendios forestales”.

Investigación. En 2016, se abrieron un total de 2.499 procesos por delitos medioambientales y se impusieron 975 condenas.

486

Las investigaciones por incendios forestales se duplicaron en 2016 con respecto a 2015. En total, supusieron 486, 244 más que en el ejercicio anterior.