Bilbao - El Consejo de Europa alertaba recientemente sobre el impacto de las campañas de desinformación que, con el objetivo de causar daño, se han extendido por las redes sociales y contribuyen al “caos” informativo mundial. El informe Caos de la información: Hacia un marco multidisciplinar para la investigación y elaboración de políticas surge como respuesta a las “preocupaciones crecientes” en los 47 Estados miembros de esta organización paneuropea.
En concreto, se temen las implicaciones a largo plazo de las campañas de desinformación creadas específicamente para “sembrar desconfianza y confusión”. Buscan “agudizar las diferencias socioculturales existentes, explotando tensiones nacionalistas, étnicas, raciales y religiosas”, dice el texto. El último de estos ejemplos tiene su epicentro en el proceso independentista de Catalunya. Mejor dicho, su epicentro está [presuntamente] en Rusia y su impacto en tierras catalanas y españolas.
La base de datos de https://euvsdisinfo.eu recoge informaciones falsas interceptadas por el equipo de expertos creado por el Consejo de Europa, que incluyen titulares como Cataluña reconocerá Crimea como parte de Rusia, El español se estudia como idioma extranjero en Cataluña o Funcionarios europeos apoyaron la violencia en Cataluña. Otra de las “desinformaciones” asegura que También las Islas Baleares en España piden la independencia, una noticia que firma la agencia rusa Sputnik, que asegura que no sólo los catalanes quieren votar la independencia, sino que en las Baleares la coalición Mes per Mallorca pide un referéndum sobre la autodeterminación de la isla en 2030.
La preocupación por esas intromisiones en el seno de la Unión Europea es tal que el tema será abordado hoy mismo en el Consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea. La propia titular española de Defensa, María Dolores de Cospedal confirmaba que lo que “sí tiene contrastado el Gobierno” es que ha habido “muchos mensajes y redes sociales sobre asuntos como Catalunya que proceden de territorio ruso, lo que no quiere decir necesariamente que sean del Gobierno ruso”, por lo que pidió “máxima prudencia”.
En este sentido, el informe del Consejo de Europa evita utilizar el término inglés fake new (noticia falsa), ya que a su juicio “no describe la complejidad del fenómeno de información contaminada” y además lo usan políticos en todo el mundo “para describir noticias que no les convienen”. Sí distingue, no obstante, entre información errónea, con la que no se quiere dañar; desinformación, en la que se comparten datos falsos para hacer daño, e información maliciosa, que aunque es veraz a menudo está pensada para que se mantenga en privado y se difunde para causar daño.
Según los autores del informe, este nuevo fenómeno de la desinformación “juega a menudo con lo emocional, se propaga a toda velocidad y puede tener un impacto enorme sobre la sociedad”, por lo que contrastar las noticias y desmentir las erróneas “es indispensable”. El informe ofrece 34 recomendaciones a las partes interesadas en esta cuestión: las compañías tecnológicas, los gobiernos, los medios de comunicación, la sociedad civil, los ministerios de Educación y las fundaciones que financian proyectos.
Entre ellas, la creación de un consejo asesor internacional que guíe a quienes tratan con ese tipo de información, el desarrollo de herramientas para ayudar a verificar hechos y rumores, la transparencia en torno a la publicidad en Facebook y la formación en ciberseguridad. Además, aboga por estándares éticos fuertes en todos los medios de comunicación, por educar sobre la amenaza de la desinformación, financiar programas de apoyo en investigación crítica y por actualizar los planes de estudios de las escuelas de periodismo.
Educar. El informe insta a los medios de comunicación a “educar a las audiencias sobre la grado de contaminación de la información en todo el mundo, y las implicaciones que la sociedad enfrenta” como consecuencia de ello, en “términos de socavar la confianza en las instituciones, amenazando los principios democráticos, inflar las divisiones basadas en el nacionalismo, la religión, la etnia, la raza, la clase, la sexualidad o género.
Ejemplos. El informe recoge algunas iniciativas de verificación de hechos puestas en marcha en distintos países de la Unión Europea. Los autores destacan el programa El Objetivo (LaSexta) con Ana Pastor; Maldito Bulo, una iniciativa de verificación de datos on line vinculada a El Objetivo; y La Chistera, un blog publicado por la unidad de periodismo de datos de El Confidencial.