BILBAO- La antropóloga mexicana y diputada independiente en el Congreso de su país, que impulsó la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia que entró en vigor en 2007, fue la encargada de inaugurar en Bilbao las jornadas “Legislación. Propuestas feministas legislativas para vivir una vida libre de violencias machistas”, que, organizadas por la ONG Mugarik Gabe, se han desarrollado desde el jueves hasta el pasado sábado. Los encuentros, en los que han participado destacadas juristas vascas y del Estado especializadas en igualdad de género, han tenido como objetivo generar un espacio de aprendizaje para colectivos sociales y feministas, así como valorar las leyes existentes y elaborar nuevas propuestas.

La tipificación del “feminicidio” ha sido uno de los grandes aportes, tanto desde el punto de vista académico, normativo y político de la académica e investigadora mexicana. Un concepto en el que trabajó después de conocer los infinitos asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, unos “crímenes misóginos y de odio” en los que la impunidad estatal juega un papel fundamental. “Los gobernantes son actores en la violencia contra las mujeres y las niñas”, afirmó la también integrante del Consejo Civil Asesor de Onu Mujeres. “El Estado debe garantizar los derechos de las mujeres y las activistas vigilar paa que se cumplan”, sentenció Lagarde, una de las voces más activas y respetadas del feminismo latinoamericano

Décadas de esfuerzo feminista para lograr la supresión del sistema patriarcal y la construcción de una ideología igualitaria. ¿No tiene la sensación de en estos momentos caminamos hacia atrás

-Como en cualquier lucha social hay avances, hay épocas de retrocesos difíciles y circunstancias que favorecen el progreso. No es algo excepcional en la causa de las mujeres; pasa en la lucha obrera, en la cultura, en el medioambiente. Hay auges, regresos, por eso hay que estar muy pendiente en el tema de la igualdad y no bajar la guardia. Cualquier acción hay que sustentarla muchos años.

Trump, las ideologías neoliberales, la teoría de la ‘posverdad...’ ¿Están haciendo mella en los derechos alcanzados a nivel global?

-Claro que hay un claro retroceso. Cuando entró Obama en la presidencia de EEUU lo hizo pactando con muchas organizaciones de mujeres; consensuó la igualdad salarial con las sindicalistas, acordó volver a dar fondos a los países que auspiciaban la interrupción del embarazo como derecho, pactó con el movimiento de la pobreza el cuidado de la salud a cargo del Estado. Y cuando llega Trump elimina todo eso y amenaza con expulsar a la población de origen latinoamericano; solo mexicanos hay 14 millones. Trump es un fascista violento, misógino, clasista y racista que solo favorece a los grupos sociales poderosos que trabajan por la militarización, la guerra. Estamos como en los tiempos de la Guerra Fría, con amenazas militares; es una época terrible.

¿No le invade el desaliento al ver que se avanza tan poco e incluso se retrocede?

-Me desmoralizaría el no hacer nada; trabajar por la causa siempre me ha ayudado a vivir, aun en las condiciones peores. Si no luchara por la igualdad, por un mundo mejor, eso sí que me causaría mucha desolación y tristeza. Necesitamos construir una sociedad vivible para toda la gente que trabajamos, pensamos, hacemos arte y que creemos en la democracia y la paz.

El estigma sigue persiguiendo al feminismo. ¿Por qué?

-La cultura misógina estigmatiza al feminismo porque vive en un forcejeo terrible contra él. Pero en mi caso encuentro un enorme reconocimiento por ser feminista. Muchos espacios donde antes no se nos aceptaban ahora nos llaman porque somos las expertas, las especialistas: hemos inventado teorías, leyes; hemos propuesto muchas cosas y eso finalmente empieza a valorarse. Además, hay mucha gente joven muy orgullosa de ser feminista. Eso me produce un gran orgullo.

¿Hay que cambiar las leyes de igualdad porque no están sirviendo para una vida sin violencias machistas?

-Han servido muchísimo. Si las gentes pensaban que tras unos cuantos años de su aplicación se iban a eliminar las violencias machistas estaban muy equivocadas y significa que no hemos transmitido bien para qué sirven. Con las leyes no se termina de un día para otro con el problema; han valido para que exista la posibilidad de prevenir estas violencias, para eliminar la incitación constante que hay en las sociedades occidentales donde libremente se impulsa a la violencia contra las mujeres argullendo la libertad sexual, el uso de pornografía, la libertad de prostitución. Todas esas libertades que destruyen a las mujeres. Nos falta por hacer muchas cosas; tenemos que caminar hacia políticas integrales, ir al fondo de los problemas como lo plantean ya muchas leyes en vigor.

¿Qué le parece la ‘guerra’ emprendida por las estrellas de Hollywood contra las violencias machistas?

-Que ya era hora; que salgan en estos momentos define el grado de opresión, de falta de libertad en que han trabajado las artistas, las técnicas, las cineastas. Ahora salen porque empiezan a entender que el feminista también es su movimiento, que no es natural que vivieran esas cosas que nos ha pasado al resto de las mujeres del mundo mundial. Pero da mucho gusto que sean valientes y que estemos juntas en esto.